El pan de muerto es un elemento tradicional y emblemático en la celebración del Día de Muertos en México. Sin embargo, mantener con una textura suave por varios días implica seguir ciertos pasos durante su almacenamiento.
Según el artículo “El origen del pan de muerto y las variedades regionales actuales” del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), el pan de muerto era exclusivo de una ceremonia de origen en la época prehispánica, que consistía en una ofrenda a la diosa “Cihuapipiltin” de pan similar a la actual.
Tiene un simbolismo profundo. Su forma redondeada representa el ciclo de la vida y la muerte. Los adornos en forma de huesos que decoran la superficie del pan simbolizan los huesos de los difuntos, mientras que la pequeña bola en la parte superior representa un cráneo.
Este pan se suele preparar y consumir durante las festividades que tienen lugar entre finales de octubre y principios de noviembre, cuando se honra a los seres queridos que han fallecido. A continuación presentamos los consejos de los expertos para que el pan de muerto se mantenga fresco y delicioso.
¿Cómo mantener el pan de muerto fresco?
Evita que tus panes de la temporada se pongan duros y mantenlos suaves por más tiempo con estos consejos, publicados por Directo Al Paladar México:
- Almacenamiento adecuado: guarda el pan en bolsas herméticas o envuélvelo en papel film para evitar que se reseque.
- Congelación: congela el pan de muerto, si no vas a consumirlo en los próximos días, colócalo en una bolsa y mete al congelador las piezas que desees. Cuando vayas a comerlo puedes meterlo unos segundos en el microondas para que esté caliente.
- Uso de ingredientes frescos: al momento de preparar tu propio pan de muerto asegúrate de utilizar ingredientes frescos de alta calidad, especialmente en la levadura, que garanticen la suavidad y la conservación correcta de los panes.
- Evita sobrecocinarlo: cuida tus tiempos de cocción, si cocinas de más, el pan puede perder humedad y se endurecerá más rápido.
- Humedad en el horno: coloca un recipiente con agua en el horno durante el horneado para generar vapor, ayudará a mantener la humedad de los panes de muerto mientras se cocinan
- Calentarlo antes de servir: Puedes suavizar tu pan calentándolo unos segundos en el horno o en el microondas, sólo tienes que envolverlo en una toalla húmeda para que recupere su textura.
Historia del pan de muerto
El origen del pan de muerto tiene diferentes versiones históricas. La maestra en antropología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, Érika María Méndez Martínez, el origen del pan de muerto tiene al menos dos razones.
La primera se remonta a la preparación de un pan “pan azimo” hecho de amaranto, maíz seco y tostado llamado “mariposa” o “papalotlaxcalli”, utilizado en la época prehispánica como ofrenda a la Diosa Cihuapipiltin, reconocida por velar por las mujeres que habían fallecido durante el parto.
De acuerdo con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), las ofrendas dedicadas a esta diosa consistían en “panes” de diversas figuras como mariposas o rayos (xonicuille). Además se menciona que casi todas las ofrendas eran hechas con amaranto porque lo consideraban un alimento especial.
La segunda versión se le atribuye a los cronistas, Fray Diego de Durán y Fray Bernardino de Sahagún, quienes describieron al pan con amaranto, sin cal y con miel de abeja o maguey. La crónica sobre la ofrenda a Huitzilopochtli, escrita por Fray Diego de Durán, describe que elaboraban huesos grandes que depositaban a los pies del Dios, además de ofrendar tortillas pequeñas, que al pasar la fiesta se dividían para comer.
Actualmente existen muchas versiones de este pan; sin embargo, varios de los estados de la República Mexicana mantienen la forma redonda del pan, lo comparten con toda la familia y lo siguen colocando en sus ofrendas para la festividad de Día de Muertos.