Así fue la vida de Sofía Castro con Peña Nieto: “Él quiso ser presidente, no nosotros”

La actriz se sinceró sobre cómo la relación con el priista la puso en el ojo público y las consecuencias que tuvo

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Sofía Castro, hija de Angélica Rivera y quien estuvo casada con el ex Presidente de México Enrique Peña Nieto, declaró en una entrevista que fue muy complicado para ella pertenecer a la familia presidencial. FOTO: ARCHIVO DIEGO SIMÓN/CUARTOSCURO.COM
Sofía Castro, hija de Angélica Rivera y quien estuvo casada con el ex Presidente de México Enrique Peña Nieto, declaró en una entrevista que fue muy complicado para ella pertenecer a la familia presidencial. FOTO: ARCHIVO DIEGO SIMÓN/CUARTOSCURO.COM

Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, Sofía Castro, hija de la actriz Angélica Rivera y del productor José Alberto Castro, vivió una realidad completamente distinta a la que esperaba.

Ser parte de la familia presidencial de México significó para ella, sus hermanas y hermanastros enfrentar el escrutinio público, adaptarse a protocolos y, sobre todo, lidiar con el peso de ser parte de una vida que no eligieron.

Al participar en el podcast de Aislinn Derbez, la actriz se sinceró sobre cómo fue su vida en esos años y las profundas transformaciones que experimentaron ella y su familia. Desde el inicio del romance de su madre, hasta el divorcio.

La vida en Los Pinos

La familia se mantuvo unida pese a las críticas, aseguró Sofía Castro.  (Instagram)
La familia se mantuvo unida pese a las críticas, aseguró Sofía Castro. (Instagram)

Sofía Castro tenía solo 16 años cuando su madre, Angélica Rivera, se convirtió en Primera Dama de México tras el matrimonio con Enrique Peña Nieto. La joven actriz, que estaba iniciando su carrera en el mundo del espectáculo, se vio inmersa en un entorno completamente distinto al que conocía. “Él quiso ser presidente, no nosotros”, afirmó.

La actriz explicó que, desde el momento en que Peña Nieto asumió la presidencia, se vio obligada a vivir bajo una constante vigilancia pública, una situación que describió como extremadamente difícil. “Ahí no puedes confiar en nadie”, comentó sobre la desconfianza que permeaba su vida.

La joven también destacó que tanto ella como sus hermanos fueron arrastrados al escrutinio público sin estar preparados para ello. “Nos lanzaron al ruedo sin instrucciones”, relató, haciendo énfasis en la falta de preparación que enfrentaron para lidiar con la vida bajo los reflectores de la política mexicana.

Durante su relato, la actriz enfatizó que una de las peores partes de ser parte de la familia presidencial fue el constante juicio al que estaban sometidos por parte de los medios y del público en general. “La prensa y la gente que le convenía escribió una historia sobre nosotros que no fue cierta”, afirmó.

Vivir en Los Pinos, la residencia oficial, no era sólo una cuestión de glamour y eventos, sino también de normas muy estrictas que debían seguir, según contó.

“Había protocolos para todo, desde cómo sentarte hasta cómo reaccionar en público”, recordó. “En los eventos, no podíamos cruzar las piernas ni bostezar, porque todo lo que hacías era analizado. Si bostezabas, la gente decía que te aburría el discurso de tu papá. Tenías que mantener la compostura todo el tiempo”, explicó.

La relación de su madre con Peña Nieto los puso en el ojo público. (Foto: Instagram/@epn)
La relación de su madre con Peña Nieto los puso en el ojo público. (Foto: Instagram/@epn)

Para ella, la vida en Los Pinos fue una constante lección de autocontrol y disciplina, algo que fue complicado para una adolescente que solo quería disfrutar de su juventud.

Además de los eventos oficiales, la rutina en Los Pinos implicaba una convivencia familiar en un entorno lleno de seguridad y bajo la vigilancia de la prensa.

“Los domingos comíamos en familia, y aunque intentábamos que fuera una reunión normal, sabíamos que no lo era. Nos adaptamos a que nuestra vida privada también era pública”, comentó la hijastra de EPN. Aun así, destacó que esos momentos familiares los unieron. “Nos apoyábamos mutuamente, porque sabíamos que afuera la gente nos juzgaba por todo”.

Contrario a lo que muchos pudieran pensar, formar parte de la familia presidencial no facilitó la carrera de Sofía Castro como actriz, sino que, según sus palabras, incluso la obstaculizó en varias ocasiones. Explicó que, aunque la gente asumía que su relación con la política le abriría puertas en la industria del entretenimiento, lo que en realidad sucedió fue lo contrario.

Reconoció que en su momento de inmadurez llegó a culpar a su madre y a Peña Nieto por no tener oportunidades en el medio artístico.

“Yo no pedí esto, yo solo quería ser actriz, pero debido a la persona de quien mi mamá decidió enamorarse, no puedo cumplir mi sueño. Además, esa persona decidió ser presidente, y si lo piensas, es algo increíblemente complicado, porque de 120 millones de personas en México, solo una llega a ser presidente, y llegar a ese puesto no es nada fácil”, subrayó.

“Lo quise como a un papá”

Sofía Castro fue parte de la familia presidencial durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (Foto: Instagram)
Sofía Castro fue parte de la familia presidencial durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (Foto: Instagram)

Durante esos seis años, Enrique Peña Nieto se convirtió en una figura clave en la vida de la hija de “La Gaviota”. Aunque el matrimonio de su madre con el expresidente fue constantemente observado por la opinión pública, dentro de la familia la relación era cercana.

Al ser cuestionada sobre cómo era su relación con Peña Nieto, su exhijastra dijo con cariño que el priista llegó a ser otra figura paterna. “Lo quise muchísimo, como a un papá. Siempre fue muy respetuoso con nosotras y trató de apoyarnos lo mejor que pudo”, recordó. Para Sofía Castro, el presidente fue una presencia constante de fortaleza durante los años de mayor presión.

“Nos decía que no nos tomáramos las críticas personales, que él había decidido ser presidente, pero nosotros no habíamos escogido estar en esa situación”, explicó.

Peña Nieto no solo fue un apoyo emocional para ella, sino también una guía para aprender a lidiar con el ojo público. “Él sabía que estar en la presidencia significaba recibir críticas y ataques, pero nos recordaba que lo importante era saber quiénes éramos y mantenernos firmes”, señaló.

Sofía ha explicado que una de las mayores presiones de esos años era la responsabilidad de representar no solo a su familia, sino también a la imagen del país. “No solo se trataba de estar bien en público, sino de cumplir con la expectativa de lo que se esperaba de la familia presidencial”, comentó.

Uno de los momentos más difíciles de su vida, según confesó, fue el divorcio de su madre, Angélica Rivera, y Enrique Peña Nieto en 2019, tras terminar el mandato presidencial. A pesar de no ser su padre biológico, desarrolló un fuerte vínculo con Peña Nieto, al punto de considerarlo una figura paterna muy cercana.

“Me dolió más el divorcio de Enrique y mi mamá que el de mis propios padres. Yo a él lo quise muchísimo, como un papá literal”, confesó la actriz, destacando lo doloroso que fue para ella esa separación.

El romance comenzó en 2008 y terminó el matrimonio en 2019 (Infobae México/Jesús Abraham Avilés Ortiz)
El romance comenzó en 2008 y terminó el matrimonio en 2019 (Infobae México/Jesús Abraham Avilés Ortiz)

A lo largo de los años en Los Pinos, la residencia oficial de los presidentes de México, Sofía había encontrado en Peña Nieto un apoyo constante, y su partida supuso una pérdida muy significativa en su vida.

El divorcio, sumado a otras crisis personales, provocó que cayera en una profunda depresión en 2019, un momento que describió como “tocar fondo”.

La joven actriz también habló sobre el impacto psicológico que tuvo sobre ella el estar constantemente expuesta al juicio público. Reveló que, además de lidiar con las críticas externas, también tuvo que enfrentar sus propias batallas internas, especialmente en cuanto a su autoestima y problemas alimenticios. “Todo lo que no atendí en esos 12 años me cayó en 4 meses”, comentó, refiriéndose a la acumulación de tensión que enfrentó tanto en su vida pública como privada durante el mandato de Peña Nieto.

Tras los años difíciles que vivió como parte de la familia presidencial, Sofía Castro ha dedicado tiempo a sanar y reconstruirse tanto en lo personal como en lo profesional. Reconoció que fue un proceso largo y doloroso, pero necesario para encontrar el equilibrio en su vida. “Aprendí que para poder salir adelante, primero tenía que dejar de creer todo lo malo que decían de mí y empezar a valorar quién soy realmente”, expresó.

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