La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se posicionó respecto a que la actual titular de la Comisión Nacional de Derecho Humanos (CNDH), Rosario Ibarra, anunciara que buscará la reelección al frente del organismo, pese a las críticas que han hecho organizaciones civiles y otros actores políticos sobre su gestión y funciones.
La mandataria aseguró que Rosario Ibarra es un símbolo por ser hija de Rosario Ibarra de Piedra, una madre buscadora durante el régimen de los gobiernos priistas de décadas atrás, y decidió no hacer un posicionamiento a favor o en contra, ya que será las y los senadores quienes tomen la determinación después de publicar la convocatoria y el cierre de las inscripciones.
“Dependen también del Senado, que decida el Senado, es una atribución de ellos y que ellos vayan a decidir, están por abrir la convocatoria, ellos tendrán que decidir. Rosario de alguna manera es un símbolo por ser hija de doña Rosario Ibarra de Piedra. (....) Entonces Rosario, hija de doña Rosario Ibarra de Piedra, pues es en muchos sentidos un símbolo de la lucha de las madres de desaparecidos por motivos políticas de aquella época, entonces tiene todo nuestro reconocimiento y respeto, pero la decisión de quien va ser la presidenta o el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos le corresponde al Senado de la República”, comentó en la conferencia matutina de este miércoles.
En este sentido, la presidenta Sheinbaum Pardo recordó una vivencia que compartió con doña Rosario Ibarra de Piedra. Le contó que a sus 15 años, mientras estudiaba en el CCH, un grupo de estudiantes se organizaron para acompañar a un grupo de madres buscadoras que estaban en huelga de hambre y exigían al gobierno del expresidente López Portillo dar información respecto a los desaparecidos políticos.
Recordó que las madres buscadoras se encontraban a las afueras de la catedral en el Zócalo capitalino, pero en víspera del informe de gobierno del exmandatario retiraron el campamento de las manifestantes.
“Cuando (yo) tenía 15 años, hace ya un buen rato, las madres de desaparecidos políticos, durante un tiempo hacían una huelga de hambre en la catedral, previo al informe presidencial, como una presión de resistencia civil pacífica para que el entonces presidente, López Portillo, se manifestara entorno a los desaparecidos políticos por orden de los más altos niveles del poder de desaparecer a quienes estaban en contra del régimen. Y cuando estaba en el CCH nos organizamos como estudiantes para venir a ver a las madres que estaban en huelga de hambre, yo le conté (a doña Rosario Ibarra de Piedra) que la primera vez que dormí afuera de mi casa por un asunto político pues tenía que ver que había estado aquí en la huelga de hambre”, compartió.