Después de que un jurado en Nueva York declarara culpable a Genaro García Luna por cinco cargos criminales, la defensa del exsecretario de Seguridad Pública interpuso múltiples recursos para revertir el dictamen.
Prórrogas para la lectura de su sentencia —la fecha fue modificada cinco veces—, la solicitud de un nuevo juicio por presuntas inconsistencias y la entrega de múltiples cartas al juez Brian M. Cogan fueron algunas de las estrategias del equipo legal de García Luna.
Entre las misivas había declaraciones de Linda Cristina Pereyra (esposa del acusado), de sus hijos Genaro y Luna Sofía García Pereyra, e incluso de personas que nunca lo conocieron en persona, pero se atrevieron a defender sus valores y principios.
Uno de los textos, firmado por Adrián García Padilla, sobrino del exfuncionario, incluso mencionó detalles sobre los gustos musicales de su familiar.
La canción que García Luna escuchaba siempre en su automóvil
El 20 de noviembre de 1951, la provincia de Santa Fe vio nacer a quien décadas después se convertiría en uno de los máximos exponentes del rock argentino: Raúl Alberto Antonio Gieco, mejor conocido como León Gieco.
Compró su primera guitarra a los ocho años y, desde entonces, aprovechó todos los escenarios —incluidos los del colegio— para pulir su talento. Colaboró en varios grupos y lanzó múltiples proyectos hasta que en 1978 dio a conocer su disco IV LP, el cual incluía el tema Sólo le pido a Dios, uno de los más reconocidos de su trayectoria.
León Gieco empezó a componer la melodía en compañía de su padre sin tener nociones del impacto que representaría para su carrera.
Considerada años después como una de las mejores canciones del rock argentino, Sólo le pido a Dios catapultó a Gieco al reconocimiento internacional e incluso fue adoptada por Genaro García Luna como un himno.
“Recuerdo que Genaro escuchaba una canción que, desde mi punto de vista, la consideraba su segundo himno [...] Casi siempre que te subías a su auto, la estaba escuchando”, contó el sobrino del exsecretario en su carta dirigida al juez Cogan.
En la misiva, García Padilla apeló a su historia familiar con el exfuncionario con la intención de influir, de algún modo, en la eventual decisión de Brian Cogan. “Conozco a mi tío y le puedo decir que es una persona que siempre trabajó por el bien de nuestro país, que siempre tuvo en mente que nos fuera bien a todos”, aseguró.
Al final de su escrito, el sobrino de García Luna sostuvo que una de las enseñanzas que le dejó el llamado ‘súper policía’ fue: “No importa lo que resulte, pero tú siempre tienes que hablar con la verdad”. Irónicamente, la rendición de falso testimonio es uno de los cargos por los cuales García Luna fue declarado culpable en febrero de 2023.