La trayectoria política de Genaro García Luna finalizó el 9 de diciembre de 2019, fecha en la que, con 51 años de edad, fue arrestado por agentes federales en el estado de Texas, marcando así el inicio de su vida en los tribunales de Estados Unidos al ser señalado por delitos graves, relacionados con tráfico de drogas y nexos con organizaciones criminales.
Acusado de recibir sobornos multimillonarios para permitir operaciones de narcotráfico del Cártel de Sinaloa, el “súper policía” que se desempeñó bajo la administración de Felipe Calderón en un cargo para garantizar la seguridad pública del país, fue capturado cuando salía de su apartamento en Dallas.
“Por conspiración para narcotráfico y falsa declaración”, así lo señaló el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) en el comunicado que emitió un día después de su captura, la cual, de acuerdo con información de la periodista Anabel Hernández, estuvo rodeada de investigaciones previas, entre ellas, las que estuvieron a cargo de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que detectó y congeló al menos 17 cuentas bancarias correspondientes a García Luna y a algunos de sus prestanombres.
Asimismo, Ginger Thompson, periodista de New York Times, quien informó sobre el arresto por medio de redes sociales, aseguró que la aprehensión ocurrió tras una compleja investigación sobre la corrupción mexicana y que García Luna aceptaba sobornos desde el 2005, un año antes de que ocupara el cargo como secretario de Seguridad.
Según el DOJ, en el comunicado fechado el 10 de diciembre de 2019, Genaro García Luna fue encontrado culpable por tres cargos, por lo que la sentencia mínima que podía recibir era de 10 años de prisión; no obstante, finalmente se le imputaron cinco cargos y la sentencia mínima aumentó a 20 años de cárcel y una máxima de cadena perpetua.
Posteriormente, a pocas semanas de su arresto, las defensas del exsecretario declararon que su cliente no estaba dispuesto a negociar con la fiscalía estadounidense, pues se presumía inocente. Lo anterior fue reiterado por García Luna en una carta fechada el pasado 13 de septiembre, en la que relató su arresto, y cómo se le ofreció un acuerdo con las autoridades de Estados Unidos a cambio de declararse culpable.
“En diciembre de 2019 fui detenido por personal de la DEA en el exterior del departamento que rentaba en la ciudad de Irving, Texas. A partir del arresto y durante los primeros días reiteradamente me ofrecieron un acuerdo con la fiscalía de Nueva York para que me inculpara con delitos vinculados al narcotráfico a cambio de estar detenido poco tiempo (6 meses) y recibir beneficios económicos (...) no era necesaria mi detención, he combatido al crimen en sus escalas más altas toda mi carrera profesional (...) Evidentemente no acepté y la reacción fue explosiva”, señaló.
Pese a declarar que no existen pruebas en su contra y que la información que lo acusa es falsa, este 16 de octubre García Luna fue condenado a 466 meses de prisión (poco más de 38 años) en un tribunal de Nueva York., los cuales corresponden a 460 meses por los cargos del 1 al 4, y 6 meses por el cargo número
El exfuncionario mexicano aprovechó el puesto de alto rango que poseía en materia de seguridad para autorizar el tráfico de drogas a la nación norteamericana, recibiendo cantidades de entre tres y cinco millones de dólares. Posteriormente, con la acumulación de una fortuna personal de millones de dólares, se mudó a Estados Unidos y solicitó naturalizarse en el año 2018, donde también fue acusado de mentir en documentos migratorios, de acuerdo con lo expuesto por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.