Los mexicanos están presentes en muchos lugares del planeta, pero un japonés descubrió una moneda de dos pesos en el sitio menos inesperado: una máquina expendedora.
Para haber llegado hasta ahí, algún mexicano o mexicana tuvo que haber estado de visita en dicha máquina de Japón y haber tratado de usar la moneda de dos pesos. Debido al peso y el tamaño, el dispositivo terminó aceptando el dinero.
Es importante mencionar que también existe la posibilidad de que algún japonés o japonesa haya estado de visita en México y se haya llevado como souvenir la moneda de dos pesos para después depositarla ahí por error.
“Cuando compré jugo en una máquina expendedora, recibí un cambio sospechoso”, escribió Nanashi, cuyo nombre de usuario en X es (@774nanash), se trata de un dibujante de mangas.
En la imagen, se pudieron ver monedas que actualmente son utilizadas en japón, pero al centro estaba una moneda de 2 pesos mexicanos que fue expedida en el año 2017.
Entre comentarios, muchas personas hicieron bromas al respecto y se pudieron leer estas opiniones: “Poderoso peso mexicano”, “Son dos sheintavos”, “Dos pesos de los MexiDioses , fue bendecido”, entre otros.
Japonés no entiende por qué los mexicanos gritamos ¡Bajan!
En México, un profesor de japonés ha compartido su sorpresa ante una peculiar costumbre que ha observado en el transporte público del país. A través de su cuenta de TikTok, el joven docente, conocido como Shu Sensei, relató su experiencia al escuchar a los pasajeros gritar “¡Bajan!” en los camiones, incluso cuando solo él planea descender. Esta expresión, que se utiliza para solicitar una parada, le resulta curiosa, ya que en su cultura no es común emplear el plural para referirse a una acción individual.
Shu Sensei, quien ha estudiado el español durante más de ocho años, destacó la amabilidad de los mexicanos, pero no deja de preguntarse por qué se usa el término “bajan” en plural. Según explicó en sus redes sociales, al escuchar esta palabra, piensa que significa “El chico va a bajar, frena por favor”, lo que le genera cierta confusión.
El profesor también mencionó que en ocasiones el botón para solicitar la parada en los camiones está descompuesto, lo que le obliga a depender de otros pasajeros para que griten “¡Bajan!” en su lugar. Esta situación le plantea un dilema, ya que no le gusta elevar la voz y prefiere acercarse al conductor para comunicarle su intención de descender.