Aarón, el menor que fue baleado junto a su padre el día de ayer en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, no sobrevivió a las heridas causadas por el atentado, y falleció este sábado en el hospital, informaron a través de redes sociales.
Ayer por la mañana, cuando Aarón viajaba en un auto Nissan Versa, color gris, con placas de Chiapas, junto a su padre, Renato Gerardo “N”, de 39 años de edad, ambos fueron interceptados por un grupo de civiles armados a bordo de motocicletas, los cuales abrieron fuego en su contra.
Al lugar de los hechos arribaron elementos de seguridad, quienes hallaron a Renato ‘N’ con visibles heridas de bala en la cabeza. El menor, localizado con vida, fue trasladado a un hospital debido a la gravedad de sus heridas.
La Fiscalía de Distrito Metropolitano informó que, tras los hechos, elementos de la Policía de Investigación (PDI) se trasladaron a la escena del crimen con el fin de realizar las primeras diligencias y trasladar el cuerpo de la víctima a Servicio Médico Forense (Semefo). Por su parte, la FGE abrió una carpeta de investigación por los delitos de homicidio y lesiones.
Medios locales refirieron que Renato “N” era trabajador de la Secretaría de Hacienda del estado de Chiapas, y se tenía el registro de que el funcionario había recibido amenazas de muerte de un hombre que en días recientes fue liberado del Centro de Reinserción Social (Cereso) Número 14, conocido como El Amate”.
En redes sociales, el club Club Cocodrilos FC confirmó la muerte de Aarón y expresó sus condolencias por lo ocurrido.
“Querido Aaron, hoy el cielo te recibe. Tu compromiso, valentía y garra al defender nuestros colores te convirtió en un gran portero, fue un honor que formaras parte de este gran equipo. Quédate tranquilo, mi niño, ya eres un campeón”, publicaron en su cuenta de Facebook este centro deportivo, enviando condolencias y pronta resginación a la familia.
La disputa por el control territorial entre los grupos de crimen organizado ha incrementado la violencia e inseguridad en el estado, afectando tanto las áreas urbanas como las rurales. Las zonas de la sierra y la frontera sur enfrentan mayor vulnerabilidad debido a su cercanía a rutas clave para el tráfico de drogas y migrantes.
Los conflictos territoriales han tenido un profundo impacto en las comunidades indígenas, exacerbando tensiones históricas y provocando desplazamientos forzados. Muchas de estas comunidades sufren de falta de acceso a servicios básicos y una débil presencia institucional, lo que las deja en condiciones de desamparo y precariedad, según el reporte original.
La situación en Chiapas refleja un panorama complicado en el que múltiples factores contribuyen a la escalada de la violencia, revelando desafíos sobre el terreno para la implementación de políticas efectivas.