Uno de los alimentos preferidos por los mexicanos para desayunar es el huevo en todas sus presentaciones. Este se puede preparar de diversas maneras, desde estrellado, hasta guisados completos que tienen como estrella a los huevos. Sin embargo, hay dos tipos de huevos: blancos y los marrones, pero ¿hay alguna diferencia entre estos dos?
La nutrición del huevo es un tema que ha generado diversas creencias, especialmente en torno a su color. Según un análisis reciente, no existe diferencia nutricional entre los huevos blancos y los marrones, a pesar de las percepciones populares que sugieren lo contrario. Ambos tipos de huevos son fuentes ricas en proteínas y lípidos, elementos esenciales para una dieta equilibrada.
El huevo es un alimento fundamental en la dieta de muchas personas, especialmente en México, donde se consume ampliamente en el desayuno. Su versatilidad permite prepararlo de múltiples maneras, lo que lo convierte en un ingrediente popular en la cocina. Históricamente, se cree que las primeras gallinas llegaron al continente americano con Cristóbal Colón en su segundo viaje en 1493, lo que marcó el inicio de la domesticación de estas aves y la producción regular de huevos.
La clara del huevo, compuesta en un 90% por agua y el resto por proteínas, es una fuente de proteínas sin grasa, lo que la hace especialmente valiosa en dietas que buscan reducir el consumo de grasas. Por otro lado, la yema, que representa aproximadamente un tercio del huevo, contiene grasas saludables, vitaminas, proteínas y minerales, aportando alrededor de 60 calorías por unidad.
A pesar de las diferencias visuales entre los huevos blancos y marrones, su contenido nutricional es idéntico. La variación en el color de la cáscara se debe únicamente a la raza de la gallina que los pone, y no afecta su valor nutricional. Esta información es crucial para desmitificar la idea de que el color del huevo influye en su calidad o beneficios para la salud.
Esta es la diferencia entre los huevos blancos y marrones
Técnicamente los huevos marrones y blancos son muy similares ya que el grosor y cáscara de ambos es muy similar. En realidad la única variante que hay entre los dos es el color de cada uno y se debe meramente a los factores genéticos.
El color que se presenta en la cáscara se debe a elementos genéticos, la responsabilidad del tono es por la protoporfirina, biliverdina y quelato. Esto quiere decir que las gallinas con un plumaje blanco ponen huevos blancos; mientras que los marrones son puesto por las gallinas que tienen plumas de color.