A la par de que los habitantes de la CDMX percibieron varios sismos con epicentro en alguna alcaldía, también se reportó un aumento de lluvias en toda la zona metropolitana pero ¿Esto podría tener alguna relación?
Las personas especulan que las lluvias podrían haber provocado la actividad sísmica en la Ciudad de México en las fallas conocidas como Mixcoac y Barranca del Muerto; sin embargo, no serían las precipitaciones directamente, si no la sobreexplotación de los mantos acuíferos en la temporada de seguía, de acuerdo con Víctor Manuel Cruz Atienza, sismólogo de la UNAM.
Las lluvias intensas recientes también podrían haber contribuido a la activación de sismos lentos en otras fallas, lo que explicaría los nuevos enjambres sísmicos, de acuerdo con lo que reveló a EFE. Ante esta situación, Quintanar Robles recomienda reforzar las construcciones para prevenir daños severos, ya que la liberación de energía sísmica ocurre cerca de la superficie, lo que intensifica la aceleración sísmica.
Hasta el momento, no se han registrado microsismos en la capital con magnitudes superiores a 3.7, según Quintanar. Sin embargo, la vigilancia y el estudio continuo de estas fallas son cruciales para mitigar riesgos futuros en una ciudad tan densamente poblada como Ciudad de México.
Qué es un sismo lento
Arturo Iglesias Mendoza, titular del Servicio Sismológico Nacional (SSN), ha revelado que los sismos lentos, un fenómeno geológico poco conocido, podrían estar ocurriendo en la brecha de Guerrero, una región de México que no ha registrado temblores significativos en más de un siglo. Estos movimientos, que duran semanas o incluso meses, son imperceptibles para los humanos y solo pueden ser detectados mediante instrumentos especializados, según informó la Gaceta UNAM.
La brecha de Guerrero, que se extiende por aproximadamente 150 kilómetros desde Acapulco hasta Papanoa, se encuentra en el límite de las placas tectónicas de Cocos y América del Norte. Desde 1911, no ha sido el epicentro de sismos mayores a magnitud siete, lo que ha generado interés en la comunidad científica sobre la posibilidad de que los sismos lentos estén ocurriendo en esta área.
Iglesias Mendoza explicó que, a diferencia de los sismos tradicionales que se manifiestan en cuestión de segundos, los sismos lentos involucran el movimiento de grandes masas de roca durante un período prolongado. Este tipo de actividad sísmica no genera ondas sísmicas perceptibles, lo que los hace difíciles de detectar sin el uso de tecnología avanzada.
El estudio de estos fenómenos ha sido complicado debido a la dificultad de medir las deformaciones lentas en la superficie terrestre. Tradicionalmente, se han utilizado sistemas de GPS que deben permanecer en el mismo lugar durante horas o días para recopilar datos precisos. Estos estudios, aunque complejos de procesar, han proporcionado resultados claros sobre la actividad sísmica en la región.