Si quieres conocer Guadalajara a profundidad, no hay mejor manera de hacerlo que a través de su gastronomía. La Perla Tapatía no solo es famosa por sus tradiciones y cultura, sino también por su cocina, llena de sabores únicos que representan la esencia de Jalisco.
Desde la emblemática birria hasta las clásicas tortas ahogadas, cada platillo cuenta una historia y ofrece una experiencia que te conecta con la ciudad.
Ya seas un amante de la comida o un viajero curioso, estos nueve platillos te llevarán en un recorrido gastronómico que te hará descubrir Guadalajara desde una nueva perspectiva.
Cuáles son estos platillos
Esta lista fue creada por Taste Atlas, página especializada en gastronomía, quien asegura que los platillos fueron escogidos por profesionales de la industria gastronómica.
Carne en su jugo
Frijoles, tocino, cebolla, cilantro, ajo, tomates verdes, chile y bistec son los ingredientes que se combinan en un caldo picoso y conforman esa receta.
Creado en 1963 por Juan José Gálvez “El Gallo”, este platillo es famoso por ser un remedio para la cruda, de acuerdo con el libro Guadalajara, ciudad de la carne en su jugo de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) y la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Según los investigadores de la UdeG este mítico caldo inició como un consomé que se vendía en vasos y posteriormente se le agregó carne y se sirvió en un plato acompañado de cebolla y cilantro.
Tortas
Se cree que este alimento nació en 1864 en la ciudad de Puebla, donde un señor llamado Armando vendía este novedoso platillo callejero, la torta compuesta, según Elogio de la torta mexicana de CUltura UNAM.
“Era un placer grande el comer estas tortas magníficas, pero el gusto comenzaba desde ver a Armando prepararlas con habilidosa velocidad. Partía a lo largo un pan francés —telera, le decimos—, y a las dos partes le quitaba la miga… extendía un lecho de fresca lechuga, picada menudamente; en seguida ponía rebanadas de lomo, o de queso de puerco, según lo pidiera el consumidor, o de jamón, o sardinas, o bien de milanesa o de pollo”, menciona el libro Historia Gastronómica de la Ciudad de México del escritor Salvador Novo.
Torta ahogada
“Se inventó a principios del siglo XX y hoy en día es un plato básico para curar la resaca, que generalmente se encuentra en pequeños puestos en las esquinas y en los concurridos centros urbanos”, menciona Taste Atlas.
Preparada con un pan salado especial, esta torta crujiente por fuera pero suave por dentro está rellena de carne de cerdo y sumergida en una salsa picante y se acompaña con cebolla y limón.
Birria
Aunque puede utilizarse la carne de cualquier animal, chivo, borrego, res, ternera, cerdo, carpa, bagre o conejo, la birria tradicional de Jalisco contiene chivo.
“Destaca el tatemado de chivo de Tecalitlán que se cuece a vapor sobre pencas de maguey en ollas de barro que se sellan con masa de maíz. En la plaza principal de Zapotlanejo abundan las fondas y puestos que ofrecen esta delicia…también las que se preparan en Acatlán de Juárez, Cocula, Tlajomulco de Zúñiga, Jocotepec, Tlaquepaque, Cihuatlán y Guadalajara…no hay municipio jalisciense en el que no se ofrezca birria”, menciona el libro Sabor que somos de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Jalisco.
Preparado a cocción lenta, este plato contiene chiles asados, ajo, comino, hojas de laurel y tomillo, además de ser un remedio clásico para la resaca.
Pozole
Se cree que este platillo tiene sus orígenes en la época de los aztecas, cuando se preparaba como una comida ceremonial reservada exclusivamente para las festividades importantes, siendo consumido solo por el emperador o los sacerdotes de mayor rango, según el artículo Recuperando significados: el sentido ritual del pozole en la sociedad azteca de la Universidad del Caribe.
“Además del maíz, la carne que le daba sustancia a este platillo era la humana, proveniente posiblemente de alguno de los guerreros sacrificados en los ritos solares… La sustitución por carne de cerdo parece haber sido la adaptación que hicieron los colonizadores a las costumbres , tradiciones y ritos indígenas”, menciona.
Hoy en día este platillo puede comerse cualquier día del año, aunque se asocia a festividades nacionales, como el 15 de septiembre.
Quesadilla
“Los orígenes de la quesadilla son algo confusos, pero se sabe que el queso fue traído a México por los españoles junto con otros productos lácteos en la época colonial, y los finos panes planos ya eran un alimento básico de los pueblos mesoamericanos”, menciona el sitio.
Hoy en día pueden encontrarse en toda la República mexicana y su contenido es variado y diverso.
Biónico
Aunque su nombre parezca raro, hace referencia a un coctel de frutas con crema, cereal y leche condensada. Este saludable platillo fue creado por un local del tradicional mercado de Santa Tere llamado “Las Titas”
El biónico, que se puede encontrar en puestos de jugo y heladerías, se creó a principios de la década de 1990 como una opción de desayuno saludable. Su popularidad fue en aumento, lo que llevó a que se extendiera por todo México e incluso a algunas regiones de Estados Unidos, de acuerdo con Taste Atlas.
Caldo tlalpeño
Una de las versiones más populares sobre el origen del caldo tlalpeño lo sitúa en el siglo XIX en Tlalpan, según la revista El Poder del Consumidor de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO).
Se cuenta que, tras una fiesta en el entonces pueblo de San Agustín de las Cuevas (hoy Tlalpan), el presidente Antonio López de Santa Anna despertó con una fuerte resaca y pidió a su cocinera que le preparara un remedio. Ella improvisó un caldo con chile chipotle, verduras frescas del huerto y dos pollos, sirviéndolo en un plato de barro.
El resultado dejó a Santa Anna fascinado por su sabor, la combinación de ingredientes y el picor. Al preguntarle el nombre del platillo, la cocinera respondió simplemente: “Caldo tlalpeño”.