A lo largo de la historia se han experimentado desastres naturales como los huracanes, tsunamis y terremotos pero estos últimos han sido la principal causa de miedo en México después de que en 1985 y 2017 el suelo sacudiera a la población mexicana.
Aunque el epicentro de los sismos no fue registrado en la capital del país, la magnitud de ambos acontecimientos fue tan grande que quedó grabada en la memoria colectiva.
Este temor se acrecentó cuando en diferentes zonas de la Ciudad de México las personas experimentaron que se repetían aquellas historias del pasado y les sorprendía que el movimiento de la tierra se sintiera más fuerte pero que la alerta sísmica no emitiera ningún sonido.
Los expertos del Instituto de Geofísica y de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señalan que hay un nuevo panorama sismológico de consecuencias para la capital que no son capaces de saber aún si la cantidad e intensidad de los microsismos que se registran desde 2023 se ha incrementado.
Lo que parece una certeza es que bajo la ciudad hay más fallas “principales”, es decir aquellas con una longitud mayor de 4 km que las descubiertas hace unos meses, explicó Víctor Manuel Cruz Atienza, sismólogo de la UNAM a la agencia EFE.
Tanto Eduardo Reinoso como Víctor Manuel Cruz coinciden en que “la sequía reciente supuso una sobreexplotación de los mantos acuíferos, un abatimiento de agua subterránea, lo que pudo tener implicaciones en la ocurrencia de los sismos lentos de mayo y diciembre” de 2023 además de las lluvias de las últimas semanas, lo que podría detonar sismos lentos en otras fallas, dando como consecuencia nuevos enjambres sísmicos en la capital mexicana.
Los sismos en la CDMX
Al estar en el centro del eje volcánico transmexicano se convive con un complejo de fallas tectónicas entre las que destacan Mixhuca, Santa Catarina, San Lorenzo Tezonco, Copilco y Plateros Mixcoac, que fue descubierta a inicios de 2024.
Estas son las que dan origen a diferentes montañas como el Nevado de Toluca, Popocatépetl y el Pico de Orizaba, constantemente se mueven, por lo que suelen haber movimientos telúricos que en ocasiones son imperceptibles y en otras llegan a causar temor en los habitantes de la Ciudad de México.
De acuerdo con Víctor Espíndola, coordinador de Análisis e Interpretación de Datos Sísmicos del Servicio Sismológico Nacional, durante el 2023 se registraron aproximadamente 85 sismos prqueños en la Ciudad de México.
Por su parte, el investigador titular del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Eduardo Reinoso Angulo, sostuvo que estos microsismos producen “daños al suelo que no ponen en peligro los edificios” debido a que el movimiento telúrico del país en los últimos dos días se ha mantenido por debajo de los 4.5 puntos en la escala de Richter y la actividad sucede fuera de la Ciudad de México, por lo que el riesgo estaría presente si llegara a superar esta cifra.
¿Por qué no suena la alerta con los microsismos?
Delia Bello, analista e intérprete de datos, menciona que la alerta sísmica se activa sólo cuando la magnitud es superior a los 5.5 puntos en la escala de richter distancias superiores de 100 metros a 100 kilómetros.
El movimiento telúrico se registró en la superficie de la tierra, es decir, entre los 500 metros y los 2 kilómetros de profundidad con una magnitud menor a 4.0 en la escala de Richter, razón por la que no se activa la alerta sísmica.
La sismicidad registrada recientemente, de acuerdo con lo que mencionó Delia Bello, se encuentra al Poniente de la Ciudad, lo que significa que sucedió en las fallas de la Sierra de las Cruces, las cuales han sido cartografiadas desde hace décadas.
Señala la intérprete de datos en una entrevista realizada por UNAM Global TV que después del sismo de magnitud 7.1 ocurrido entre la frontera de Morelos y Puebla de 2017, se reactivaron fallas que estuvieron inactivas durante muchos años.
Agregó también que la probabilidad de que el movimiento disminuya es mayor, pues la actividad en la región hasta el momento se ha reducido considerablemente. Además mencionó que no se ha registrado un sismo de magnitud alta con epicentro en la Ciudad de México y señala que la posibilidad de que esto suceda es baja.