La primera vez que en México se habló de terrorismo ligado al nacotráfico fue en septiembre de 2008, justo después de que La Familia Michoacana lanzara granadas contra la población de Morelia que se concentró en la plaza de la ciudad para celebrar el Grito de Independencia. Era el sexenio de Felipe Calderón; hoy, el mismo partido que lo llevó a la Presidencia busca tipificar el delito de narcoterrorismo.
El senador del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés, adelantó que en unos días presentará la iniciativa al Congreso de la Unión; su intención -afirmó- es que otros países puedan colaborar con el gobierno de México para combatir al crimen organizado.
Antes de avanzar en la propuesta de Marko Cortés debemos enfocarnos en la definición de narcoterrorismo. De acuerdo con Paul Pillar, exagente de la CIA:
“Terrorismo es violencia premeditada, políticamente motivada y perpetrada contra objetivos no combatientes por grupos subnacionales o agentes clandestinos, normalmente con la intención de atemorizar a la población”.
A la definición de Paul Piller debemos sumar la aplicación de estas medidas por parte del narcotráfico (cárteles de la droga) para atacar a civiles que no pueden defenderse, cuya intención es llamar la atención a su causa, causar temor a pobladores y autoridades y recaudación de fondos para sus actividades criminales (secuestros, robos extorsiones). Sólo así se podría llegar a la definición de narcoterrorismo.
“Lo que nosotros planteamos es que se tipifique este delito de narcoterrorismo, lo que permite que otros países puedan colaborar más determinante con México para combatir al crimen organizado”: Marko Cortés.
México y el narcoterrorismo
En palabras del senador panista, su intención es que “la gente pueda vivir en paz, que pueda ir a trabajar tranquila y sin miedo”, para lo cual “tenderán la mano” a la presidenta Claudia Sheinbaum para trabajar con ella en materia de seguridad y permitir que instituciones internacionales ayuden a eliminar el terror con el que viven varias comunidades de México.
Entrevistado en el Senado de la República, Marko Cortés fue cuestionado si su iniciativa no sería similar al llamado Plan Colombia, la iniciativa que Estados Unidos impulsó a finales del milenio anterior para “acabar” con la amenaza de las drogas y que terminó por provocar más plantíos de coca, más muertos, creación de grupos guerrilleros y múltiples violaciones a los derechos humanos.
“Colaboración sin sumisión, sin intervención; colaboración como ocurre en muchos países demócratas en el mundo”: Marko Cortés.
La iniciativa del senador panista verá la luz en medio de la guerra entre Los Chapitos y La Chapiza por el control del Cártel de Sinaloa, la cual ha dejado 126 víctimas en 24 días de enfrentamientos, con al menos dos personas asesinadas que no tenían relación alguna con grupos criminales, además de tres militares y dos policías abatidos durante emboscadas.
La propuesta para tipificar el delito surgirá a 16 años del primer ataque calificado como narcoterrorismo, en el que nueve personas perdieron la vida y más de 100 resultaron heridas; 16 años en los que las tres administraciones federales rechazaron utilizar ese término para nombrar la violencia generada por el crimen organizado.
En su estudio “El terrorismo como método del crimen organizado en México”, los académicos Gerardo Rodríguez Sánchez Lara y Judith Nieto Muñoz resaltan que algunos países (Estados Unidos) han abusado del término; mientras que otros (México) lo usan con extrema cautela: “Se ha querido ocultar la existencia de actos cometidos por grupos subnacionales, guerrilleros o radicalizados antigubernamentales que rebasaron la línea conceptual de su actuar y llegaron a perpetrar actos (narco) terroristas.