El extraño caso del hongo rico en antioxidantes que parece un oído humano

Además de su particular forma, la Oreja de Judas tiene muchos beneficios para la salud por su alto contenido en minerales y otras propiedades

Este hongo soprende por su curiosa forma (Imagen Ilustrativa Infobae)

La naturaleza no deja de sorprendernos con sus formas y colores, y uno de los ejemplos más curiosos es la Oreja de Judas, un hongo que debe su nombre a su notable parecido con el oído humano.

Este peculiar hongo, científicamente conocido como Auricularia auricula-judae, ha capturado la imaginación de botánicos y curiosos debido a su singular apariencia.

Aunque su aspecto es lo que más llama la atención, la Oreja de Judas también posee propiedades medicinales que han sido valoradas durante siglos en diversas culturas, de acuerdo con un estudio de la Academia de Ciencias de los Alimentos de Beijing.

Conocer más sobre este hongo tan particular nos permite redescubrir cómo la naturaleza sigue siendo una fuente inagotable de curiosidades y beneficios.

Características de esta especie

Auricularia fuscosuccinea, conocido como oreja de Judas, es un hongo comestible utilizado en la cocina y medicina tradicional (Imagen Ilustrativa Infobae)

El Auricularia auricula-judae, comúnmente conocido como “oreja de Judas”, es un hongo comestible perteneciente al grupo de los basidiomicetos y al orden de los Auriculariales.

Este hongo gelatinoso, también llamado oreja de madera, oreja de árbol o simplemente oreja gelatinosa, ha sido utilizado durante siglos tanto en la medicina como en la gastronomía, debido a sus propiedades beneficiosas.

Puede encontrarse sobre ramas caídas, troncos y tocones, con un crecimiento que suele ser anual, especialmente después de lluvias intensas, según el Instituto Misionero de Biodiversidad de Argentina (IMIBIO).

Suele aparecer en grandes grupos, pero su consumo no es recomendable si se observan insectos o cambios de color en el esporoma, parte del hongo que contiene las esporas sexuales y que se utiliza comúnmente como alimento.

Para cultivarlo durante todo el año, se recomienda apilar ramas caídas con presencia de estos hongos en un lugar sombrío y húmedo. Después de un mes, se deben exponer a la luz y regar para favorecer la producción de esporomas.

Propiedades nutricionales

La oreja de Judas es rica en cobre (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los hongos son ricos en proteínas, que forman entre 19% y 35% de su peso seco, estas proteínas contienen los nueve aminoácidos esenciales requeridos por el ser humano, según IMIBIO.

Tienen bajo contenido graso que además de ser una buena fuente de proteínas, contienen entre el 47% y 81% de carbohidratos. Son ricos en minerales, sobre todo potasio, fósforo, magnesio y socio. La humedad oscila entre el 70% y el 95% del peso de los hongos frescos.

La Oreja de Judas se puede conservar en forma de conserva con aceite y vinagre o deshidratado, para rehidratar puede sumergirse en agua tibia por 20 minutos. Este hongo es muy apreciado en la gastronomía oriental, se consume en sopas, cremas, ensaladas y conservas. Una excelente forma de consumirlos es saltearlos con arroz o vegetales.

Además, un estudio titulado Un estudio sistemático sobre perfiles micoquímicos, antioxidantes y actividades antiinflamatorias de 30 variedades de oreja de judío (Auricularia auricula-judae) de la Academia de Ciencias de los Alimentos de Beijing encontró más beneficios de la Oreja de Judas.

Los científicos estudiaron las propiedades antioxidantes mediante diferentes métodos y determinaron los perfiles de fenoles totales y flavonoides a través de pruebas colorimétricas. También midieron el contenido de carbohidratos totales, glucanos, azúcares reductores, melanina, pectina, vitamina D2, ergosterol y ergotionina utilizando varios métodos analíticos, incluyendo la cromatografía líquida de alta resolución (HPLC). Además, evaluaron la capacidad antiinflamatoria del hongo con un ensayo de inhibición de proteasas.

Los resultados mostraron que todas las variedades de “oreja de Judas” contenían una cantidad significativa de compuestos fenólicos y tenían propiedades antioxidantes sustanciales. También se encontró que contenían altos niveles de carbohidratos totales, glucanos, azúcares reductores, melanina, pectina, vitamina D2, ergosterol y ergotionina.

Los compuestos fenólicos son moléculas con propiedades antioxidantes que pueden ayudar a disminuir la inflamación, ayuda a metabolizar carbohidratos, además de tener propiedades anticancerígenas, según el artículo Importancia biológica de los compuestos fenólicos de investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).

Importancia de los hongos

Los hongos pueden proteger a las plantas de parásitos dañinos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los hongos desempeñan un papel crucial en los ecosistemas debido a su estrecha relación con los servicios ecosistémicos, de acuerdo con el artículo La importancia de los hongos (Fungi) en los servicios ecosistémicos publicado en la revista Bioagrociencias de la Universidad Autónoma de Yucatán.

Los hongos saprobios son responsables de la descomposición de materia vegetal y animal, liberando nutrientes esenciales al suelo, que luego son absorbidos por las raíces de las plantas. Este proceso no solo recicla nutrientes, sino que también “limpia” el ecosistema, manteniendo el equilibrio del ciclo de nutrientes.

Además, existen hongos que viven asociados a las raíces de las plantas y forman micorrizas, del grieg myces, hongo y rhiza, raíz.

“El hongo, además de tener un sitio para su desarrollo, obtiene de la planta hidratos de carbono, vitaminas y agua. A cambio, el hongo le proporciona a la planta minerales y otros beneficios como pueden ser la protección contra organismos parásitos del suelo y resistencia a la sequía”, menciona el artículo.

Por otro lado, los hongos endófitos viven dentro de los tejidos vegetales sin causar daño. Estas especies son clave para proteger a las plantas de enfermedades causadas por bacterias, hongos y nematodos, además de brindar resistencia contra plagas de insectos, permitiendo a las plantas sobrevivir en entornos hostiles.

Finalmente, los hongos que se asocian con algas contribuyen a la formación de suelo en ambientes inhóspitos, degradando piedras y creando microhábitats que facilitan el desarrollo de otras formas de vida.