Cuando un ser querido muere, no podemos pensar con claridad con ciertos asuntos que a priori son muy importantes, y que idealmente se deberían prever con tiempo, como es el caso de contar con un buen servicio funerario. Y, a veces, las personas dedicadas a este negocio buscan aprovecharse de la vulnerabilidad por la que atravesamos para no ofrecer un excelente servicio, o cobrar de más. Es por eso que la Procuraduría General del Consumidor (Profeco) te dice cual es la mejor manera de contratar un buen servicio funerario.
De acuerdo con lo publicado en la Revista del Consumidor de este octubre, los servicios funerarios inmediatos básicos incluyen diferentes planes o paquetes acordes con:
• Necesidades específicas.
• Creencias y costumbres religiosas.
• Deseos que, en su momento, haya externado una persona antes de fallecer.
Con base en esto, un servicio funerario consiste, entre otros pasos, en el manejo, tratamiento, acondicionamiento y traslado del cuerpo de una persona fallecida desde que ocurre el deceso, hasta su destino final; e incluye, en todos los casos, el suministro de bienes y servicios complementarios para tal fin, como:
• Ataúd o féretro y/o urna.
• Recepción y traslado del cadáver.
• Preparación estética del cuerpo.
• Embalsamamiento.
• Conservación transitoria.
• Uso de capillas y/o equipos de velación.
• Servicios de gestoría para el traslado y disposición final del cuerpo, previa autorización escrita del contratante.
• Servicio de inhumación, exhumación, reinhumación o cremación, proporcionado por la agencia o un tercero, conforme a las disposiciones jurídicas aplicables.
• Derechos de uso de lotes o fosas de panteón, criptas, nichos u osarios para depositar cadáveres, cenizas o restos humanos áridos por un tiempo determinado o a perpetuidad.
• Colocación de lápidas, monumentos y placas de identificación.
• Transporte para acompañantes.
• Servicios funerarios de asistencia
Para poder contratar un buen servicio que incluya y respete todo lo anterior, Profeco aconseja, antes que otra cosa, informarse y comparar en al menos tres empresas funerarias. Si puedes, visita las instalaciones. En caso de que elijas la inhumación investiga el tiempo límite para el uso de la sepultura, si hay refrendos y el costo.
Investiga si en tu entidad existen programas de asistencia social, para, en caso de no contar con los recursos necesarios, te puedan ayudar con los gastos funerarios. De igual forma si eres trabajador del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) pregunta por las prestaciones y/o apoyos en este rubro.
Otra recomendación muy importante es pedir todos los documentos por escrito, como el presupuesto y el contrato del servicio, y una vez que hayas realizado el pago, también solicitar tu comprobante de pago; el proveedor debe entregarte factura o comprobante de pago en el que deberá especificar las características de los productos y servicios contratados, así como su precio.
Evita adquirir el ataúd o la urna por catálogo; siempre será mejor hacerlo personalmente para que te asegures de que el tamaño es el adecuado y que no tenga defectos. Por último, es importante considerar gastos adicionales al costo del servicio funerario, como el costo por la fosa, nicho o gaveta para disposición de restos, ya que en los paquetes básicos podrían no incluirlos.