Anacardo, el fruto seco con propiedades poco conocidas que ayudan a la memoria

Imagina un fruto seco que, además de ser delicioso, está repleto de beneficios para la salud. Poco conocido en muchas partes del mundo, este alimento no sólo es una fuente natural de energía, sino que también posee nutrientes esenciales.

La Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural de México define este alimento como aquel que en su composición natural contiene menos de un 50 por ciento de agua y están comúnmente rodeados de una cáscara dura.

A pesar de su discreta difusión de sus beneficios, promete ser una revelación para aquellos que buscan mejorar su bienestar general sin sacrificar el placer de un buen snack.

Los anacardos, comúnmente conocidos en México como nuez de la India o marañón, son el fruto del árbol Anacardium occidentale, originario de las regiones tropicales de América, como Brasil, Colombia y Venezuela.

A pesar de que en México su cultivo no es tan intensivo, su semilla ha ganado popularidad bajo el nombre “nuez de la India”. Sin embargo, este nombre resulta equívoco por dos razones, de acuerdo con Medical News Today, sitio manejado por profesionales de la salud que escriben artículos médicos.

Biológicamente, los anacardos no son nueces, sino semillas, y no son originarios de la India, a pesar de que este país es uno de los principales productores.

Lejos de ser una “nuez” común, el anacardo es, en realidad, una fruta de hueso similar a las almendras o pistachos. Más allá de su sabor y versatilidad culinaria, los anacardos destacan por su valor nutricional.

Los anacardos son una excelente fuente de nutrientes esenciales como el cobre, además de aportar proteínas, magnesio, hierro y zinc en cantidades significativas.

El cobre destaca por ser esencial para el correcto funcionamiento del organismo, como la producción de energía, la formación de tejidos conectivos y vasos sanguíneos. Además, juega un papel clave en el mantenimiento del sistema nervioso e inmunológico, y en la activación de ciertos genes. También es fundamental para el correcto desarrollo del cerebro, según el Instituto Nacional de Salud (NIH), centro médico de investigación estadounidense.

Un estudio titulado El papel de los anacardos (Anacardium occidentale L.) en un modelo experimental de enfermedad articular degenerativa dolorosa reveló que el consumo oral de anacardos puede contrarrestar los procesos inflamatorios y oxidativos relacionados con la osteoartritis.

Este estudio realizado en 2020 por investigadores de Italia y Estados Unidos, evaluó los efectos de los anacardos en un modelo experimental de osteoartritis inducida en ratas.

Se observó cómo el consumo de este fruto seco influía en los niveles de dolor y en la función motora de los animales. Los resultados indicaron una reducción del dolor y una mejora en los marcadores antioxidantes, así como en los parámetros bioquímicos.

Además, la ingesta de anacardos mostró mejoras a nivel histológico y bioquímico, reduciendo la degradación del cartílago, los niveles de citoquinas proinflamatorias y la presencia de células inflamatorias.

Originario de las zonas tropicales de Brasil, el Anacardium occidentale, conocido comúnmente como anacardo o marañón, tiene su principal centro de diversidad en la Amazonia, con un segundo núcleo en el Plan Alto de Brasil, según la Comisión Nacimiento para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad de México (CONABIO).

Su presencia se ha extendido por los trópicos de ambos hemisferios, desde México hasta Perú y Brasil, y en las islas del Caribe como Cuba y Trinidad.

Es una especie con potencial para reforestación productiva en zonas degradadas, pues es un árbol muy resistente a las sequías, daño por termitas, también puede crecer en suelos con pocos nutrientes y sobrevivir a la inundación temporal.

Este árbol también tiene una amplia gama de usos industriales. De la corteza del fruto se extrae un aceite conocido por sus propiedades adhesivas, utilizado en la fabricación de gomas y barnices, e incluso como sustituto de la goma arábiga en la encuadernación.

En el campo de la salud, el anacardo tiene múltiples propiedades medicinales. Su fruto, hojas, corteza y semillas han sido tradicionalmente utilizados para tratar desde disentería y diabetes, hasta inflamaciones y problemas respiratorios.

El aceite del fruto se usa para eliminar verrugas y combatir enfermedades de la piel como la lepra. Sin embargo, debe manejarse con cuidado, ya que es tóxico en su forma cruda y puede causar reacciones en la piel.

Además de su valor ecológico e industrial, el anacardo es también un recurso en la apicultura, gracias a sus flores melíferas, y tiene un papel ceremonial en diversas culturas.