A lo largo de su sexenio, Andrés Manuel López Obrador ha experimentado una notable transformación física que refleja no solo el paso del tiempo, sino también las tensiones y desafíos asociados a su cargo como presidente de México.
Al inicio de su mandato en diciembre de 2018, AMLO se presentaba ante el país con un semblante relajado y una expresión jovial. Su piel lucía más tersa y su mirada transmitía una sensación de optimismo y energía. En aquellas primeras imágenes, su rostro parecía reflejar la esperanza que muchos mexicanos depositaron en su administración, tras años de gobiernos acusados de corrupción y desinterés hacia las clases más desfavorecidas.
Sin embargo, a medida que avanzaron los meses y luego los años, el estrés y las responsabilidades del cargo comenzaron a dejar huella en su apariencia. Sus facciones se han vuelto más marcadas, evidenciando un envejecimiento natural. Las arrugas en su frente y alrededor de los ojos se han acentuado, así como la flacidez en las mejillas, lo que ha dado lugar a un rostro que parece más endurecido y fatigado. Su expresión ha cambiado de una sonrisa frecuente a una más seria y contemplativa, una transformación que podría interpretarse como un reflejo de las tensiones políticas y sociales que ha enfrentado.
Las “mañaneras”, esas conferencias diarias que ha llevado a cabo, han sido un pilar de su comunicación, pero también un indicativo del desgaste que conlleva estar bajo el escrutinio constante.
Su mirada, que antes era abierta y accesible, adquirió con el tiempo un matiz de concentración y seriedad, tal vez un reflejo de la carga de las decisiones que debe tomar diariamente.
El “legado” de AMLO
Andrés Manuel López Obrador, conocido popularmente como AMLO, dejará la presidencia de México el 1 de octubre, tras seis años de mandato. Durante su gestión, ha mantenido una alta popularidad, mientras Claudia Sheinbaum se alista para continuar con su legado.
López Obrador, de 70 años, ha prometido retirarse a su rancho en Chiapas y no interferir en el gobierno de Sheinbaum. Durante su mandato, AMLO ha impulsado una serie de reformas constitucionales que ha dejado como hoja de ruta para su sucesora. Además, su coalición oficialista controla más de la mitad de los 32 estados del país y tiene el dominio del parlamento.
Uno de los pilares de su popularidad ha sido su cercanía con el pueblo y su lema “primero los pobres”. Sus conferencias de prensa matutinas, conocidas como “mañaneras”, han sido un espacio clave para comunicarse con la ciudadanía y criticar a sus adversarios, a quienes llama la “mafia del poder” y “fifís”. Estas conferencias, transmitidas en su canal de YouTube, han acumulado 4.5 millones de suscriptores.
El legado de AMLO también incluye la designación de su hijo mayor como número dos del partido Morena, asegurando así una vigilancia cercana de su herencia política.
Según Pamela Starr, profesora de ciencia política y relaciones internacionales de la Universidad del Sur de California, López Obrador ha tenido un impacto significativo en México, siendo el primer presidente en reducir considerablemente la pobreza y la desigualdad. Starr destacó a AFP que AMLO aumentó varias veces el salario mínimo y los beneficios jubilatorios, sacando a más de ocho millones de mexicanos de la pobreza.
Sin embargo, su política de “abrazos, no balazos” para combatir la violencia ha enfrentado críticas. A pesar de sus esfuerzos por abordar las causas de la criminalidad, como la pobreza y la desigualdad, los cárteles de narcotráfico y otros grupos criminales siguen controlando amplias zonas del país.
En sus últimas semanas en el poder, López Obrador ha utilizado la mayoría de su partido en el Congreso para impulsar reformas controvertidas, como la elección de todos los jueces por voto popular. Sus críticos argumentan que esto podría facilitar la influencia de políticos y el crimen organizado en la justicia.
López Obrador, amante del béisbol, ha prometido retirarse de la política activa y dedicarse a su rancho en Palenque, conocido como “La Chingada”.
Alcanzó la presidencia en 2018 después de haber sido alcalde de Ciudad de México y candidato presidencial en tres ocasiones. A lo largo de su carrera, ha denunciado insistentemente un supuesto fraude en las elecciones de 2006, en las que perdió por menos del 1% de los votos.
La última mañanera
Andrés Manuel López Obrador se despide de la vida pública con su última conferencia matutina, conocida como “mañanera”, este lunes en el Palacio Nacional de México. A pocas horas de entregar la banda presidencial a Claudia Sheinbaum, el presidente saliente se dirigirá por última vez a los comunicadores que lo han acompañado durante su mandato.
Las “mañaneras”, instauradas por López Obrador durante su alcaldía en la Ciudad de México (2000-2005), se han convertido en un evento único en el mundo.
Celebradas de lunes a viernes a las 7:00 horas locales estas conferencias han sido un espacio donde el mandatario ha abordado diversos temas, desde seguridad hasta historia y religión, y han sido transmitidas en televisión y redes sociales.
López Obrador, conocido popularmente como AMLO, ha utilizado estas conferencias para criticar a sus “adversarios”, tanto nacionales como internacionales. Un ejemplo reciente fue su reclamo a España por ignorar una carta enviada en 2019 en la que pedía el reconocimiento de abusos durante la conquista.
También han sido un arma. Para contrarrestar lo que considera informaciones falsas, el presidente creó la sección “Las mentiras de la semana”, que se presenta una vez a la semana, los miércoles, dentro de la conferencia.
Claudia Sheinbaum ha decidido continuar con las “mañaneras” tras realizar una encuesta, aunque buscará implementar un nuevo esquema de comunicación.