El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró en diversas ocasiones que gobierno era uno de los más feministas de la historia de México, pues incluso presumió que su gabinete estaba integrado en su mayoría por mujeres, entre ellas Olga Sánchez Cordero, quien fue la primera secretaria de Gobernación en el país.
A esto se suma que en febrero del 2023, el mandatario afirmó que las mujeres son la la mayoría de las personas beneficiarias de los programas sociales que se implementan desde el gobierno federal, con el objetivo de establecer la igualdad de género en el acceso a oportunidades de trabajo y estudio.
Sin embargo, a lo largo del sexenio, las colectivas feministas intensificaron sus protestas ante el aumento de los casos de feminicidio y violencia contra las mujeres, además de que varias veces lo criticaron por colocar vallas alrededor del Palacio Nacional, monumentos y edificios durante las marchas de mujeres en la Ciudad de México.
El movimiento feminista en México se intensificó en el 2019, es decir el primer año de gobierno de López Obrador, cuando cientos de mujeres convocaron a una protesta para exigir que se combata la violencia de género, luego de que se dio a conocer el caso de una joven que fue abusada sexualmente por policías en la alcaldía Azcapotzalco.
Durante la protesta, las mujeres realizaron pintas en el Ángel de la Independencia, estaciones del Metrobús e incluso una estación de policías, lo que en su momento fue criticado tanto por las autoridades, como por políticos y usuarios en redes sociales.
Un año más tarde, en el 2020, diversos colectivos convocaron a una marcha para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo y al primer Día Sin Mujeres, el 9 de marzo, en protesta por el alza en los delitos contra las mujeres como el feminicidio, el abuso sexual y el acoso, así como la falta de avances en la legalización del aborto, entre otros temas.
No obstante, algunas de las participantes lanzaron petardos y vandalizaron inmuebles, lo que reprochó el presidente López Obrador e incluso, derivó en que se colocaran vallas metálicas tanto en Palacio Nacional como en momentos y hasta negocios, para evitar que fueran dañados durante las protestas feministas.
Asimismo, en septiembre del 2021, el mandatario acusó que el movimiento feminista surgió para desestabilizar su gobierno, acusando a sus adversarios de promoverlo para afectarlo, lo cual fue duramente criticado por activistas y organizaciones de mujeres.
“Hay que ver qué es lo que está detrás, porque hace unos dos años, cuando empezó el movimiento feminista muchas mujeres participaron, pero se empezaron a dar cuenta de que se habían convertido en feministas conservadoras sólo para afectarnos a nosotros, sólo con ese propósito”, dijo el 29 de septiembre del 2021.
En el 2022, volvió a ser criticado luego de que en su conferencia mañanera defendió el derecho de las mujeres a manifestarse; sin embargo, reiteró que no está de acuerdo con la violencia y reiteró sus acusaciones sobre una supuesta infiltración del conservadurismo de derecha, para promover un “espectáculo de violencia”.
“No puede haber feminismo sin la lucha por la igualdad, económica y social, eso tiene que estar en el centro, entonces tienen todo el derecho de manifestación y de protesta, pero en lo que no estamos de acuerdo es en la violencia”, dijo en su mañanera del 8 de marzo del 2022.
En el 2023, fue cuestionado sobre la marcha de mujeres que se realizó el 8 de marzo de ese año, a lo que respondió que reconocía el actuar de las mujeres, afirmando que “se portaron bien” e incluso les agradeció, afirmando que “no se puede combatir el mal con el mal”, lo que revivió las críticas en su contra por parte de las activistas feministas, las colectivas y políticas.
La marcha del 8M en México de ese año cobró relevancia por las cifras de feminicidios de ese momento, que de acuerdo con información publicada en expansión, era de 10 mujeres asesinadas al día, así como el aumento de casos en Veracruz, Morelos y otros estados,