Semanas antes de asumir la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador anunció la cancelación de las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, Estado de México, al tiempo que prometió iniciar la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el cual aseguró sería más barato.
Con la promesa de ejercer un gobierno con austeridad republicana, López Obrador echó a andar tres obras insignia con la promesa de realizarlas en menor tiempo y a un costo significativamente más bajo que los gobiernos neoliberales.
Pero no sólo el AIFA tuvo al final un sobrecosto muy por encima de la cifra prometida originalmente, el resto de megaobras, es decir el Tren Maya y la Refinería Olmeca de Dos Bocas resultaron más costosas de lo planeado.
En el caso del Tren Maya, diseñado para conectar los cinco estados del sureste mexicano, la idea del gobierno era gastar alrededor de 150 mil millones de pesos, no obstante, al cierre del sexenio el costó se disparó hasta rozar los 500 mil millones de pesos, según analistas económicos.
En el caso de la Refinería en Tabasco, estado natal del presidente López Obrador, la promesa de la 4T fue construirla con sólo 8 mil millones de dólares. Años más tarde, la administración federal reconoció que el desembolsó superó los 12 mmdd, sin embargo, agencias como Bloomberg señalaron que la inversión fue de casi 20 mil millones de dólares.
Levantado sobre la antigua Base Aérea de Santa Lucía, el gobierno federal presupuestó en 2019 alrededor de 74 mil 535 millones de pesos para el AIFA, sin embargo, el proyecto rápidamente empezó a consumir el presupuesto federal.
La Secretaría de Hacienda actualizó el proyecto de inversión para finales de diciembre de 2019, hasta los 79 mil 305 millones de pesos y para el 3 de enero de 2022, el monto saltó hasta los 88 mil 107 millones de pesos.
Para 2024, la Secretaría de Hacienda había asignado al Felipe Ángeles alrededor de 116 mil millones de pesos, de acuerdo con un análisis de Reforma, y aunque el puerto ya se encuentra en operación, siguen las obras para mejorar las vías de comunicación.
En medio de la polémica por los costos alrededor de estas megaobras, el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un decreto para asignar la etiqueta de Seguridad Nacional a estos proyectos, con la finalidad de reservar la información sobre los costos.
Aunque las cifras oficiales no son detalladas, algunas consultoras y organismos de transparencia estiman que los sobrecostos de estas tres megaobras superan los 400 mil millones de pesos, y atribuyen este hecho a los malos cálculos de planeación.