La tarde del 26 de septiembre, agentes de la Policía Estatal rescataron a 165 turistas que habían sido interceptados por un grupo armado en la carretera de cuota de Durango a Mazatlán.
Los turistas, que viajaban en tres autobuses, fueron obligados a descender de dos de las unidades, las cuales fueron incendiadas para bloquear el paso de las autoridades, según informó este viernes la Secretaría de Seguridad Pública de Durango.
Los hechos ocurrieron en la comunidad de Chavarría Nuevo, perteneciente al municipio de Pueblo Nuevo, en el kilómetro 133 de la mencionada carretera. Los turistas, que se encontraban sanos y salvos, fueron refugiados en una escuela primaria de la comunidad, donde recibieron asistencia de los oficiales estatales.
Uno de los conductores de los autobuses, de la línea Premium, indicó a los agentes estatales que venía de Torreón, Coahuila, con destino a Mazatlán, transportando a 50 pasajeros. Otro conductor, de un autobús Irizar azul, señaló que su origen era Monclova, Coahuila, y llevaba a 35 pasajeros con el mismo destino. El tercer autobús, de la empresa Futura Irizar, venía de Mazatlán con destino a Durango y transportaba a 80 pasajeros.
El conductor del autobús Futura Irizar explicó que fueron interceptados por varias camionetas con personas armadas, quienes los obligaron a abandonar los autobuses y los colocaron en la carretera para bloquear el paso. Los pasajeros descendieron y buscaron refugio en la escuela primaria de Chavarría Nuevo, donde fueron auxiliados por los agentes estatales.
Los pasajeros que se dirigían a Mazatlán fueron trasladados a la caseta de Llano Grande en la autopista, donde dos unidades de la misma empresa los esperaban para dividir a los pasajeros y ayudarlos a regresar a su lugar de origen.
Este viernes 27 de septiembre se cumplen 19 días de enfrentamientos y hechos violentos entre sicarios de las facciones de Los Chapitos y de Los Mayos, luego de la supuesta traición a Ismael El Mayo Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, quien fue secuestrado por su ahijado Joaquín Guzmán López y llevado en un avión a Nuevo México el pasado 25 de julio donde fue entregado a las autoridades estadounidenses.
Este hecho provocó una máxima tensión en la ciudad de Culiacán donde convivían ambas facciones, pues se comenzó a especular sobre una presunta reacción de Ismael Zambada Sicairos, alias El Mayito Flaco, hijo del Mayo y heredero criminal. Esas teorías finalmente se hicieron realidad la madrugada del 9 de septiembre luego de que convoy de camionetas con hombres armados ingresaron a la capital sinaloense desatando las acciones violentas en ranchos, sindicaturas y en otros municipios de Sinaloa.
La cifra de muertos desde el día en que estalló la guerra entre Los Chapitos y La Mayiza asciende a 88 víctimas, según datos de la Fiscalía General Estatal de Sinaloa, aunque no se contemplan los asesinatos ocurridos en enfrentamientos con las Fuerzas Armadas, por lo que la cifra podría ser de casi 100 personas fallecidas. Esto sumado las personas desaparecidas que, de acuerdo con el Ministerio Público local tenía registrado unos 57 casos hasta el 20 de septiembre.
Por ello, Amnistía Internacional hizo un llamado urgente al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para atender los hechos violentos que ocurren en el estado de Sinaloa derivado de esta disputa.
“Amnistía Internacional expresa su profunda preocupación por el alarmante aumento de la violencia en Sinaloa, que ha llevado a la desaparición de decenas de personas. Nos solidarizamos con quienes han sido afectados por esta crisis”, escribió la organización defensora de derechos humanos en su cuenta X.
Además de que hizo un llamado urgente para que los gobiernos municipales, estatales y federales reconozcan “la situación grave de violencia” en la entidad gobernada por el morenista Rubén Rocha Moya, quien consideró este viernes los hechos como “brotes de violencia.