La gastronomía mexicana es tan diversa que ha conquistado paladares de todo el mundo, incluso ha logrado posicionarse en el top 10 de la cocina mundial con una sopa considerada como una de las mejores que se puede disfrutar en el país.
Se trata de la “Sopa Tarasca”, platillo evaluado por Taste Atlas, una guía encargada de clasificar los mejores platillos del mundo, con una calificación de 4.6 y colocada en la sexta posición de “Las 100 mejores sopas en el mundo”.
La sopa proviene del estado de Michoacán, hogar del pueblo tarasco o purépecha que floreció desde el siglo XII hasta principios del siglo XVI cuando sucumbió a los conquistadores españoles.
Ellos fueron quienes finalmente los llamaron tarascos, de ahí el nombre de sopa tarasca.
Su ingrediente principal son los frijoles, que se cocinan junto con jitomate en un caldo de pollo, así como con chiles frescos y secos, como el pasilla. Estos últimos imparten un sabor ahumado a la sopa.
La sopa se sirve acompañada de tortillas fritas en tiras, queso fresco y crema.
¿Cómo hacer la sopa tarasca?
Para preparar una de las mejores sopas de México y el mundo se necesitan los siguientes ingredientes:
- 3 jitomates medianos
- 1/4 de cebolla
- Ajo
- 2 chiles pasillas sin semilla
- 4 tazas de caldo de pollo o agua
- 1 taza de frijoles cocidos
- 2 tortillas de maíz, cortadas en tiras y fritas
- Queso fresco desmoronado
- Crema al gusto
- Aceite
- Aguacate
- Sal y pimienta al gusto
Preparación:
Preparar los chiles: limpiar los chiles pasilla, retirando las semillas y las venas. Ponerlos a remojar en agua caliente durante 10 minutos aproximadamente para que se suavicen.
Cocinar los jitomates: en una olla grande, hervir suficiente agua para cubrir los jitomates. Agregar los jitomates y cocerlos por 5 minutos hasta que la piel comience a desprenderse. Retirarlos del agua y dejarlos enfriar antes de pelarlos.
Hacer el puré: en una licuadora, colocar los jitomates pelados, los chiles anchos suaves, la cebolla y los dientes de ajo. Licuar hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
Sofreír la mezcla: en una olla grande, calentar la cucharada de aceite a fuego medio. Agregar la mezcla licuada de jitomate y chile. Cocinar durante 10 minutos, hasta que tome un color más oscuro y se reduzca un poco.
Añadir el caldo y los frijoles: añadir el caldo de pollo a la olla con la mezcla sofrita. Incorporar los frijoles cocidos. Llevar a ebullición, reducir el fuego y dejar que la sopa hierva a fuego lento durante unos 15-20 minutos.
Preparar las tortillas: mientras la sopa se cocina, cortar las tortillas de maíz en tiras delgadas. Freírlas en aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes. Retirarlas y colocarlas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Servir la sopa: Una vez lista la sopa, pruébala y ajusta la sal y la pimienta al gusto. Sirve la sopa caliente en tazones individuales.
Añadir los acompañamientos:
Decora cada porción con tortillas fritas. Añade queso fresco desmoronado, una cucharada de crema y algunas rebanadas de aguacate.