Un video publicado en TikTok por un usuario ha causado sensación al mostrar a una mujer francesa bailando en un sonidero de la Ciudad de México, al ritmo de la canción “Mar de emociones” de la agrupación Afrosound.
La publicación se volvió viral, acumulando más de un millón de reproducciones y desatando una serie de reacciones sobre la forma en que los extranjeros disfrutan la cultura mexicana.
En el video, la mujer extranjera se destaca por su destreza y entusiasmo en el baile, capturando la atención de todos los asistentes. La frase que acompaña la publicación, “Tú de fresa queriendo que te lleven a antros de lujo, mientras la francesa bailando y disfrutando en un sonidero en la CDMX”, refleja una crítica a ciertos estereotipos sobre las preferencias de ocio entre los jóvenes.
Los comentarios en la publicación son variados y reflejan tanto admiración como debate. “¿Pero si bailó bien a la francesa o no?”, pregunta un usuario, mientras que otro observa: “Qué elegancia la de Francia”. Algunos comentarios apuntan a cuestionar la percepción de las mujeres extranjeras, con uno señalando: “¿Quién dijo que las francesas son fresas?”.
Además, el video ha provocado reflexiones sobre el significado de disfrutar de la vida de manera más sencilla. “No es que sea mejor, pero es humilde y muchas morras de ahora quieren una vida de lujos cuando viven al día”, escribió un usuario, subrayando la idea de que la autenticidad y el disfrute no siempre están ligados a lo material. Otro comentario destaca la experiencia cultural compartida: “Yo creo que es para vivir la experiencia, como quiera ella irá a Francia y nosotros al sonidero”.
Este fenómeno viral no solo celebra el talento de la mujer en el video, sino que también abre la puerta a un diálogo más profundo sobre la percepción de la cultura y el ocio en México y en el extranjero. A medida que el video sigue circulando, parece haber un consenso sobre el valor de disfrutar las experiencias locales, independientemente de las expectativas sociales sobre el lujo y el estatus. En un mundo donde las redes sociales dictan las tendencias, el baile en un sonidero se convierte en un símbolo de autenticidad y conexión cultural.