En su columna de opinión de este jueves, Carlos Loret de Mola aborda su relación tensa y conflictiva con Andrés Manuel López Obrador (AMLO) durante su mandato presidencial. Loret de Mola enfatiza que su objetivo siempre ha sido el periodismo crítico y la verdad, no una vendetta personal. “Para mí nunca ha sido pelea, y si lo fuera, no sería pareja”, afirma, subrayando cómo el presidente ha reaccionado de manera desproporcionada a sus investigaciones y reportajes.
En su texto, Loret de Mola explica que muchas de sus investigaciones han provocado reacciones vehementes de López Obrador, quien ha emprendido una “campaña de venganza personal contra periodistas”. El comunicador destaca algunos de sus descubrimientos más impactantes, como los videos de los hermanos del presidente recibiendo dinero en sobres amarillos y las grabaciones de tráfico de influencias. “¿Qué tendría que haber hecho cualquier periodista con las grabaciones de los amigos y familiares de los otros hijos del presidente confesando cómo trafican con influencias?”, se pregunta.
En lugar de responder a las acusaciones con datos claros y transparencia, López Obrador optó por atacar al mensajero, sostiene Loret de Mola. “Él no contestó con datos, contestó con calumnias”, señala, mencionando que fue citado casi ochocientas veces en las conferencias matutinas del presidente, conocidas como las mañaneras. Esto, para el periodista, es una muestra clara de cómo el gobierno ha preferido desviar la atención y desacreditar a quienes le critican, en lugar de rendir cuentas por las acciones señaladas.
El texto también aborda una cuestión que muchos se han planteado: ¿realmente se irá López Obrador de la escena pública cuando termine su mandato el 1 de octubre? Loret de Mola es escéptico al respecto. “No tengo ninguna señal de que el 1 de octubre se vaya a ir de la escena pública Andrés Manuel López Obrador”, comenta, argumentando que ha puesto en marcha un sistema que le permitirá mantener una influencia significativa aunque deje la presidencia. “El plan de gobierno fue diseñado por él, los gobernadores y las bancadas en el Congreso son de él, casi todo el próximo gabinete le responde y su hijo está en el partido”.
Los desafíos del periodismo crítico en un entorno hostil también son una parte central del análisis de Loret de Mola. La presión ejercida sobre él y otros colegas, que han sido señalados y atacados por sus reportajes, muestra una preocupación más amplia respecto a la libertad de prensa en México. “Desde el primer momento quiso eliminarme del escenario del periodismo, correrme de mis trabajos, presionarme con todas las herramientas a su alcance para que me doblara”, relata.
Carlos Loret de Mola también reflexiona sobre la popularidad de López Obrador al cierre de su administración, a pesar de los múltiples escándalos y acusaciones. “Me preguntan si me resulta frustrante que cierre su administración con tan alta popularidad y haya arrasado en las elecciones”, comenta, señalando cómo esta realidad se mantiene a pesar de los serios cuestionamientos y denuncias que se han hecho públicos durante su mandato.
Respecto al futuro, Loret de Mola pondera la posible dinámica entre la futura presidenta Claudia Sheinbaum y López Obrador. Existe una expectativa sobre si Sheinbaum seguirá las instrucciones del expresidente o si tomará un camino independiente. Hasta el momento, “ella ha acatado sus instrucciones”, observa, sugiriendo que López Obrador podría mantener una influencia significativa incluso después de dejar el cargo formalmente.
A lo largo de su columna de opinión, Carlos Loret de Mola insiste en que su labor como periodista es esencial para la democracia y la transparencia, y que, a pesar de los intentos de desacreditar su trabajo, continuará ejerciendo su profesión con el mismo rigor y dedicación. Cada denuncia, cada investigación, cada reportaje, afirma, ha sido en servicio de la verdad y la justicia, y no por animosidad personal hacia el presidente.