En México existen más de 5 mil presas y bordos; de ellas, 180 presas representan el 82 por ciento de la capacidad de almacenamiento total de agua. Su función principal es la generación de energía, y en menor medida se utilizan para actividades agrícolas, sobre todo en el norte de la República.
Pero en México, la construcción de estos cuerpos para almacenar agua ha existido desde mucho antes de la conquista española, y prueba de ello es la Presa Purrón, la que es considerada la más antigua de todo el territorio nacional.
Localizada en una zona semiárida, cerca de la actual población de San José Tilapa, en Puebla, esta es una antigua presa hidrológica y zona arqueológica prehispánica, del periodo Preclásico Mesoamericano, construida aproximadamente en el siglo VIII y IV A.C. Esta estructura fue construida para bloquear un estrecho por donde bajaban las aguas de esas montañas, conocido hoy como Arroyo Lencho Diego.
La construcción de este monumental sistema fue la culminación de intentos previos por controlar el agua en esta zona desde al menos 1000 a.C; el tiempo, la erosión y la vegetación la mantuvieron oculta hasta la época de su descubrimiento, en 1964, y aunque se ha investigado desde entonces, aún falta mucho trabajo por hacer.
La Presa Purrón es la estructura de control de agua más grande encontrada hasta ahora en toda Mesoamérica, ya que forma parte de un sistema hidro-agroecológico y de antiguas presas mucho mayor, que inició el sistema de riegos en Mesoamérica y revolucionó la concepción de la agricultura antigua en América.
Resalta que fue construida por sociedades que no tenían aparatos políticos, económicos o sociales complejos, pero sí tenían la capacidad para emprender obras de gran calado con fines agrícolas, antes aún del advenimiento de los grandes centros urbanos en Mesoamérica.
La presa tiene una longitud aproximada de 400 metros, por 100 metros de anchura y una altura máxima de 25 metros cuadrados Las paredes están construías a través del desgaste de las laderas de algunas montañas, y la adhesión de piedra y arcilla.
Pese a la importancia histórica y arquitectónica que este sitio puede albergar, por muchos años fue abandonada por las autoridades encargadas de preservar este tipo de cosas. Llegando incluso al punto que los pobladores del lugar llegaron a agarrar piedras de este vestigio para construir los cimientos de una escuela primaria, lo que provocó el derrumbe de una parte de esta histórica presa.
Sin embargo, con el tiempo los pobladores han entendido la importancia del sitio, y a falta de la atención adecuada de se han organizado para preservarlo.
De acuerdo con el portal Eje Central, en el año 2022 la población pidió las autoridades municipales más protección al área, para hacerla parte de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (RBTC).
Si se llegara a incluir en esta Reserva, se podría construir el Museo Mesoamericano del Origen de la Agricultura, para explorar y dar a conocer las razones por las que el municipio de Coxcatlán es conocido como la cuna del maíz, además de que el lugar tendría nueve atractivos turísticos y se tendría apoyos económicos para conservar la presa y especies endémicas.