Claudia Sheinbaum, quien sucederá al presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, enfrentará un desafío significativo: trabajar con Jesús Ramírez Cuevas, jefe de la maquinaria de propaganda del presidente saliente. Según Raymundo Riva Palacio en su columna de opinión de este jueves, aunque Ramírez Cuevas ha sido oficialmente nombrado como “coordinador de asesores” de Sheinbaum, sus funciones parecieran ir más allá de este título administrativo. “La lealtad de Ramírez Cuevas nunca estará con Sheinbaum sino con López Obrador”, señala Riva Palacio, destacando la tensión latente.
Sheinbaum heredará un país en dificultades. Riva Palacio destaca que México está “endeudado, con compromisos presupuestales con el Presidente” y reprobado en diversas políticas públicas. En este contexto, la habilidad de Sheinbaum para comunicar y gestionar percepciones será crucial. “Sheinbaum no tiene muchas posibilidades de hacer cosas nuevas que le impriman su tono a su gobierno”, escribió Riva Palacio.
Un tema particularmente complejo es la estructura mediática. Riva Palacio hace eco de las preocupaciones en el círculo cercano de Sheinbaum respecto a tener a Ramírez Cuevas en las oficinas presidenciales, especialmente en áreas vinculadas a la comunicación. Según el columnista, el equipo teme que esto implique “iniciar el gobierno con desventaja por la política de confrontación con medios y periodistas”. Ramírez Cuevas es conocido por su rol en la construcción de las “mañaneras”, las conferencias de prensa diarias de López Obrador que “fueron un instrumento muy eficaz para contrarrestar las críticas”.
Las mañaneras han sido polémicas y han captado la atención internacional. Riva Palacio recuerda que López Obrador ha sido señalado en una iniciativa de ley en el Senado de Estados Unidos como parte de una corriente en América Latina que ha utilizado la desinformación y la propaganda para minar la gobernabilidad democrática. El presidente mexicano ha sido comparado con líderes como Jair Bolsonaro, Nayib Bukele y Nicolás Maduro. En este sentido, la herencia mediática que recibe Sheinbaum es pesada.
El panorama se complica con la permanencia de otros asesores radicales de López Obrador, como Rafael Barajas “El Fisgón” y Epigmenio Ibarra. Estos personajes han sido fundamentales en la radicalización del discurso presidencial. Riva Palacio subraya que, de continuar, sus equipos seguirán trabajando no en estrategias de comunicación convencionales sino en “estrategias de desinformación y propaganda”. Este ambiente no parece alinearse con el estilo de Sheinbaum, quien hasta ahora ha mostrado menos interés en la confrontación.
Raymundo Riva Palacio enfatiza las diferencias entre López Obrador y Sheinbaum en términos de estilo y enfoque. Mientras que el actual presidente ha utilizado la violencia retórica y el sarcasmo como herramientas, Sheinbaum ha mostrado un interés en “gobernar de manera eficiente”. Riva Palacio dice que Sheinbaum ha demostrado, especialmente durante su campaña y primeras semanas de transición, una capacidad para “transmitir información y contexto” de forma puntual y profesional.
El contexto económico y social complicado que se anticipa para el nuevo gobierno subraya la importancia de una comunicación política efectiva. Riva Palacio concluye que la estrategia comunicacional de Sheinbaum deberá ser diferente, alejada del choque y la confrontación. Con un “país polarizado, sin recursos” y varios retos en el horizonte, la presidenta electa tiene que aprovechar la comunicación política como una herramienta fundamental para manejar las crisis potenciales.
El papel de Jesús Ramírez Cuevas en este nuevo escenario aún es incierto. Aunque no tendrá el mismo puesto que en el gobierno actual, su influencia en cuestiones de medios será notable. Según Riva Palacio, Ramírez Cuevas ha estado “presionando para que Sheinbaum adopte su modelo de circo en las mañaneras”, algo que ella no ha mostrado interés en aceptar. No obstante, Sheinbaum no puede ignorarlo, ya que “sacudirse a Ramírez Cuevas, al menos en lo inmediato, sería enfrentarse a López Obrador”.
En resumen, el panorama descrito por Raymundo Riva Palacio pinta un futuro complicado para Claudia Sheinbaum en términos de comunicación política. Con Ramírez Cuevas y otros asesores radicales permaneciendo cerca, el reto de distanciarse de las prácticas de confrontación de su predecesor será significativo.