En la búsqueda de alternativas naturales para la recuperación de lesiones óseas, una planta en particular ha llamado la atención de la medicina tradicional y moderna por igual: el sacasil. Conocida científicamente como Echinocereus poselgeri.
Esta planta se ha utilizado durante generaciones en comunidades indígenas de México, donde sus propiedades curativas han demostrado ser efectivas en el tratamiento de fracturas, esguinces, torceduras y otras lesiones musculoesqueléticas.
El sacasil, una enredadera con hojas en forma de corazón, es conocida por su capacidad para acelerar la cicatrización y desinflamar zonas afectadas por traumatismos.
Aunque su uso puede ser desconocido en la medicina convencional, en regiones rurales es común recurrir a ella como un tratamiento tópico para reducir el dolor, la hinchazón y promover la correcta alineación y recuperación de los huesos.
Propiedades del sacasil
Uno de los aspectos más sorprendentes del sacasil es su combinación de propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes. Cuando se aplica directamente sobre una fractura o lesión, ayuda a reducir la inflamación en el área afectada, lo que contribuye a la disminución del dolor. Además, tiene un efecto acelerador en la regeneración ósea, ayudando a que las fracturas cicatricen de manera más rápida y efectiva.
La planta se utiliza tradicionalmente en forma de emplasto. Los rizomas o raíces del sacasil se machacan hasta formar una pasta que se aplica sobre la zona lesionada. Esta pasta, gracias a su viscosidad, se adhiere fácilmente a la piel, permitiendo que el paciente la mantenga fija con un vendaje. Este tratamiento se deja actuar durante varias horas o incluso días, dependiendo de la gravedad de la lesión.
Otra forma común de emplear el sacasil es mediante su decocción. Se hierven de 10 a 15 gramos de raíz en tres litros de agua durante unos cinco o seis minutos. Esta preparación se puede beber hasta cuatro veces al día durante un periodo de 15 a 20 días para potenciar la recuperación interna, mientras que externamente se aplica el emplasto en la zona afectada.
Usos medicinales
El uso del sacasil no se limita a las fracturas. También es efectivo para tratar esguinces, torceduras y otras lesiones musculares. Además, la planta se ha utilizado en baños oculares para tratar oftalmias y como jarabe para aliviar problemas bronquiales, lo que demuestra la versatilidad de sus propiedades curativas.
Uno de los testimonios más comunes sobre el sacasil proviene de los “hueseros” o terapeutas tradicionales, quienes afirman que los emplastos de sacasil ayudan a “chupar” la inflamación en lesiones recientes. Tras aplicar el emplasto y entablillar el área, recomiendan dejar el tratamiento durante al menos dos semanas, periodo suficiente para que los huesos se suelden y comiencen a cicatrizar correctamente.