Crucecita fue el epicentro de un sismo de 4.1 de magnitud que sorprendió este 22 de septiembre a los pobladores del estado de Oaxaca a las 16:07 hora del centro (22:07 UTC).
El temblor sucedió 78 km al sureste de la ciudad y tuvo una profundidad de 5.4 km, de acuerdo con la información preliminar del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
Ante una actividad sísmica de importancia, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred)hace un llamado a no caer en rumores, ni noticias falsas y solo informarse en fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil, tanto locales y estatales, así como federales.
Tras un terremoto, checa tu hogar en búsqueda de posibles daños, utiliza tu celular solo en caso de emergencia, no enciendas cerillos o velas hasta asegurarte que no hay alguna fuga de gas y recuerda que se pueden presentar réplicas del sismo, por lo que es importante mantenerte alerta.
También puedes seguir las siguientes medidas antes de un temblor: alista un plan de protección civil, participa en simulacros de evacuación, encuentra las zonas de seguridad en casa, escuela o lugar de trabajo y prepara una mochila de emergencia.
Durante un terremoto conserva la calma y ubícate en un lugar seguro, aléjate de objetos que puedan caer; si estás en un vehículo, estaciónate y aléjate de edificios, árboles y postes; y si te ubicas en la costa, aléjate de la playa y refúgiate en zonas altas.
Sismos en México
Esta no es la primera vez que México sufre este tipo de embate de la naturaleza. Su posición geográfica lo coloca en riesgo constante de vivir estos eventos. Así, en 1985 y 2017, hubo movimientos sísmicos que provocaron una enorme destrucción en la nación. Aunque estos dos son los más reconocidos en la actualidad, no son los de mayor magnitud en el territorio.
El terremoto más fuerte registrado en la historia de lo que hoy es México ocurrió el 28 de marzo de 1787, en la época de la colonia española. Su epicentro fue en Oaxaca y tuvo una magnitud de 8.6. Ello no solamente logró que la tierra vibrara de forma increíble, sino que incluso provocó un tsunami que llegó 6 kilómetros tierra adentro.
De acuerdo con los datos del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires), realizados en 2009 sobre el terremoto citado, existe la posibilidad de una repetición de eventos por encima de dicha magnitud. Se estima que pueden ocurrir en los años venideros. Su epicentro se calcula en las costas de México y Centroamérica, ya que estas se encuentran en la denominada Brecha de Guerrero. Dicha zona se caracteriza por la acumulación de gran cantidad de energía geológica.
No obstante, eventos sísmicos de magnitudes inferiores pueden también provocar gran destrucción. Durante 1985 y 2017, los mexicanos vieron con estupor cómo la capital del país se sumía en el caos a causa de dos terremoto de una intensidad menor al de 1787.
El 19 de septiembre de 1985 sucedió un terremoto de magnitud 8.2, con epicentro en el estado de Guerrero. Eran las 07:19 horas locales (13:19 UTC). En aquel momento, se pensó que no habría más terremotos de tales dimensiones, mas un evento afín aconteció exactamente 32 años después.
El de 2017 se registró a las 13.14 horas locales (18.30 UTC) con epicentro en los límites de los estados de Puebla y Morelos y dejó un saldo de 369 muertes en el centro del país.