“Ver para creer”: Anabel Hernández narró cómo fue estar frente al Mayo Zambada por primera vez

En el mundo del narcotráfico mexicano, pocos nombres resuenan con la misma fuerza que el de Ismael Zambada García, mejor conocido como El Mayo. Su figura ha sido un símbolo de poder y misterio dentro del Cártel de Sinaloa, un imperio criminal que ha sido objeto de investigaciones periodísticas y operativos gubernamentales durante décadas.

En el último episodio de su podcast Narcosistema, titulado “El Mayo Zambada el ‘rey’ del narco sin corona ni reino”, la periodista Anabel Hernández compartió una experiencia reveladora que vivió en la Corte del Distrito Este de Nueva York, donde presenció por primera vez a la figura del cofundador del Cártel de Sinaloa, sentado en el banquillo de los acusados.

Hernández, quien ha dedicado más de dos décadas a investigar la vida criminal de Zambada, describió cómo la sala de la corte se convirtió en un escenario impactante. En la audiencia, Zambada, el otrora rey del Cártel de Sinaloa, se presentó con un uniforme color caqui, despojado de su poder y la grandeza que alguna vez tuvo. La periodista comentó que su apariencia reflejaba la fragilidad de un hombre que, tras décadas de actividad criminal, finalmente enfrenta las consecuencias de sus actos.

“Allí vi directamente a Ismael Zambada García, “El Mayo”, el otrora rey narco sin reino ni corona. Lo vi sentado en el banquillo de los acusados con su uniforme color caqui, con la mirada perdida, sin todavía entender qué es lo que estaba pasando a su alrededor. Cómo es que todo su imperio se está desmoronando”, señaló.

El evento ocurrió en un contexto crítico: el cártel que una vez lideró Zambada está sumido en una feroz guerra interna. Mientras él comparecía ante el juez, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, a quienes vio crecer como si fueran sus hijos, estaban envueltos en una lucha violenta por el control del grupo criminal.

Mientras el fiscal adjunto, Francisco Navarro, presentaba una relatoría de los 17 cargos que enfrenta, Zambada se mostraba distante, con una expresión que parecía reflejar el peso de toda su historia criminal. “Sus ojos, hundidos y vacíos, eran como dos pozos sin fondo”, comentó Hernández, enfatizando la pérdida de un hombre que una vez fue temido y respetado en el mundo del crimen.

“En todas las entrevistas que hice a personas que estaban en su círculo más cercano, ninguno habría podido imaginar que un día El Mayo Zambada llegaría a estar ahí, en el banquillo de los acusados. Realmente, para mí fue impactante verlo”, señaló y afirmó que este tipo de episodios realmente son “ver para creer”.

La autora del libro “Los Señores del Narco” detalló que cargo tras cargo, el Mayo Zambada se movía lentamente de un lado a otro en la silla giratoria en la que estaba sentado.

Cuando el juez le empezó a plantear las preguntas ordinarias en las audiencias de presentación, las respuestas de Ismael Zambada apenas se oían.

“¿Entiende que tiene derecho a un abogado?”, le preguntó el juez. “Sí”, dijo El Mayo Zambada en un susurro, con voz grave y apagada, como si estuviera resfriado.

“Su cara era cadavérica, no solo por la delgadez, sino por los ojos hundidos y los restos de lo que fue una nariz convertida prácticamente en dos agujeros a causa de su adicción de años a la cocaína. De los huesudos pómulos colgaba la piel, igual que de sus antebrazos, los cuales asomaban bajo el uniforme de reo de manga corta. Todo ese cuadro contrastaba de modo extraño con un escaso pelo teñido de negro a un lado, cubriendo su cráneo”, narró.

“¿Cómo se declara?”, preguntó el juez, a lo que el capo contestó: “No culpable”. Según la información de la periodista, la audiencia no duró más allá de 20 minutos. Posteriormente El Mayo se puso de pie y tres elementos de seguridad tuvieron que ayudarlo, pues arrastraba la pierna izquierda.

El ambiente en la sala de la corte contrastaba con la seriedad de la situación. Hernández observó cómo los fiscales y agentes de la ley celebraban la oportunidad de llevar a juicio a uno de los narcotraficantes más poderosos del mundo. “Era como una fiesta; había carcajadas y abrazos entre ellos. La satisfacción de haber logrado capturarlo era palpable”, relató.

Zambada García enfrenta un proceso judicial en Estados Unidos tras su detención el 25 de julio en el aeropuerto de Santa Teresa, Nuevo México. Zambada, quien se declaró no culpable ante un tribunal en El Paso, Texas, podría enfrentar un juicio, según su abogado Frank Pérez, quien descartó la posibilidad de un acuerdo con la fiscalía.

En las últimas dos décadas, la justicia estadounidense ha emitido al menos 16 actas de acusación contra Zambada.

En una carta posterior a su detención, Zambada afirmó haber sido emboscado y engañado por Guzmán López, también conocido como “El Güero Moreno”, uno de Los Chapitos, quien lo habría llevado por la fuerza a Estados Unidos. Este país había ofrecido una recompensa de 15 millones de dólares por su captura.

La DEA asegura que Los Chapitos, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, están en una “batalla interna” contra El Mayo, quien, según la agencia, “no goza de buena salud” y ha perdido poder dentro de la organización criminal.

En mayo pasado la facción de Zambada sufrió un golpe significativo cuando hombres armados emboscaron y asesinaron a su sobrino, Eliseo Imperial Castro, alias Cheyo Ántrax.

La próxima vista de Zambada está programada para el 31 de octubre.