En los últimos meses, el oro ha alcanzado niveles de precio históricamente altos, lo que ha impactado directamente en el mercado de coleccionismo, elevando considerablemente el valor de monedas fabricadas con este metal.
Entre ellas, destaca una moneda de Maximiliano de Habsburgo quien dejó un legado numismático muy preciado para los coleccionistas.
En 1866, el emperador Maximiliano fue el primero en ordenar la acuñación de monedas de un peso en México. Durante el Segundo Imperio Mexicano, también se emitieron monedas decimales, incluyendo las de 1 centavo (cobre), 5, 10 y 50 centavos (plata), y las de 20 pesos (oro), de acuerdo con el Banco de México
Cuál es esta moneda
Durante el periodo del emperador Maximiliano de Habsburgo, quien gobernó México de 1864 a 1867, se produjeron diversas emisiones monetarias que reflejaban tanto el poder del imperio como la influencia europea en el país.
Una de las monedas destacadas de esta época es la moneda de 20 pesos emitida en 1866. Esta pieza numismática es particularmente notable por su diseño y composición, además de su valor histórico.
En una de las caras de la moneda, se presenta el perfil de Maximiliano de Habsburgo, grabado con gran detalle para capturar la imagen del emperador que gobernó México durante el Segundo Imperio Mexicano.
En el reverso de la moneda, se encuentra un elegante escudo de armas que lleva inscritas las palabras “Imperio Mexicano” en un prominente formato. También se detallan las denominaciones “20 pesos” y el año 1866, marcando el valor nominal y el año de emisión de esta pieza.
Esta moneda es de oro, con un peso exacto de 33.59 gramos y un diámetro de 39 mm, lo que le confiere una presencia notable y un valor intrínseco significativo, de acuerdo con la Colección Numismática del Banco de México.
Aunque no hay muchas plataformas donde se puede consultar el costo de esta moneda, se oferta en 43 mil pesos mexicanos en la casa de subastas en San Pedro Garza García, Gimau.
Sin embargo, si tomamos en cuenta el costo del oro el día de hoy equivale a 2 mil 570 USD por onza (28. 35 gramos), según información del Gobierno de México. La moneda pesa 1.1849 onzas, que tiene un valor de 3 mil 45 dólares (58 mil 656 MXN).
Otra moneda con el perfil del emperador son las de plata, emitidas en 1867 durante el Segundo Imperio Mexicano, son valiosas piezas de la historia numismática.
Con un valor nominal de un peso, están hechas de plata, lo que les da un valor intrínseco adicional más allá de su denominación básica. La moneda de plata se oferta en Mercado Libre entre los 9 mil hasta los 16 mil pesos mexicanos.
Cada moneda tiene un diámetro de 35 mm y un peso de 26.45 gramos. El precio de la plata el día de hoy es de 30.59 dólares por onza (589.56 MXN). El peso de la moneda en onzas es de 0.93300, lo que equivale a un costo de 28.54 dólares (550 MXN).
Por qué la gente colecciona monedas
Muchas personas tienen el hábito de coleccionar objetos, y aunque se conoce poco sobre lo que motiva a estas personas, el artículo Collecting: An Urge That’s Hard to Resist (Coleccionar: una urgencia que es difícil de resistir) de Psychology Today ofrece algunas ideas interesantes.
La rareza de una pieza no sólo puede incrementar su valor, sino que también estimula ciertas áreas del cerebro que responden a la singularidad. Este fenómeno, conocido como el experimento Oddball, sugiere que cuando se presenta algo inusual, nuestras mentes se activan de maneras que están ligadas a nuestro centro de placer. Esta podría ser una de las razones por las que buscamos lo único al coleccionar.
Dentro de esta vasta afición, la numismática se destaca como el arte y la pasión de coleccionar monedas y billetes de diferentes épocas y culturas. Además de ser un pasatiempo, la numismática se considera una ciencia auxiliar de la historia, ya que los diseños y motivos de las monedas ofrecen información valiosa sobre eventos históricos, guerras, imperios, monarcas y la evolución del arte y las costumbres.
Según Psychology Today, otro factor que impulsa a los coleccionistas es el orgullo de poseer objetos extraordinarios y la emoción de encontrar piezas raras que les otorgan reconocimiento. Mientras algunos disfrutan adquiriendo objetos a precios accesibles, otros sienten una conexión histórica al poseer antigüedades. La satisfacción intelectual de reunir piezas también juega un papel importante, ya que requiere disciplina y conocimientos específicos.
Además, las colecciones pueden facilitar la creación de redes sociales, ya que compartir intereses similares fomenta la amistad. Organizar y reorganizar una colección no sólo demuestra habilidades organizativas, sino que también puede ser una forma de ejercer control sobre el entorno.
Por último, la anticipación de conseguir un objeto deseado activa el centro de placer del cerebro, convirtiéndose en un motor significativo para los coleccionistas. De hecho, la expectativa de encontrar una nueva pieza suele resultar más emocionante que la posesión misma, lo que explica por qué el coleccionismo puede transformarse en una verdadera pasión.