Conoce la moneda mexicana que alcanzó con valor récord en una subasta

Hace una semana tuvo lugar un evento histórico para los coleccionistas de monedas mexicanas al marcarse un nuevo precedente en la historia de la numismática

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Eneas Mares es coleccionista de billetes y monedas. (Jovani Pérez/ Infobae)
Eneas Mares es coleccionista de billetes y monedas. (Jovani Pérez/ Infobae)

A las 12:40 del viernes 13 de septiembre de 2024, en el salón “Morelos” del Hotel Del Prado en la Ciudad de México, fuimos testigos del mayor acontecimiento numismático de México e incluso de América Latina de los últimos años: La casa de subastas Briggs & Bustos vendió en la subasta realizada en el marco de la LXXVI Convención Numismática Internacional, la moneda de 2 Pesos 1915 “SURIANA”, Guerrero por $2,350,000.00, más una comisión de $50,000.00 pesos, para un total de $2,400,000.00 pesos o USD125,500, lo que la convirtió en la pieza mexicana con el mayor valor alcanzado en una subasta.

No solo esta noticia sacudió el mundo numismático pues inmediatamente después se subastó la moneda de 60 Pesos de Oro 1916 “Oaxaca”, la cual alcanzó un precio de $1,650,000.00 pesos (USD$84,000). De hecho, el precio de salida de esta pieza era mayor que la moneda SURIANA de 2 pesos.

La moneda que marcó récord

La moneda de dos pesos que marcó un hito en el mundo de los numismática. (Biggs & Bustos)
La moneda de dos pesos que marcó un hito en el mundo de los numismática. (Biggs & Bustos)

Si esta pieza te parece conocida, es porque debemos recordar que el Banco de México lanzó en 2013 la Fase III de su colección Herencia Numismática con esta moneda en específico. A continuación, cito textualmente los antecedentes que redactó el Banco Central: “Al calor de la contienda, las fuerzas zapatistas acuñaron una reducida cantidad de monedas de plata en el mineral de Suriana, Guerrero, para solventar la falta de numerario que padeció México durante la Revolución. Estas monedas ostentan un característico diseño zapatista: un volcán humeante, montañas y, al fondo, un sol resplandeciente con carita; conjunto que se rodea de la leyenda REFORMA LIBERTAD, JUSTICIA Y LEY, y de la palabra SURIANA, en el exergo. Su aspecto revela las precarias condiciones en que se realizó la amonedación revolucionaria”.

También cito los antecedentes, publicados en Numista, sobre las ofertas anteriores, mismo que incluye la moneda de 60 pesos Oro Oaxaca e identifica a ambas monedas como las más emblemáticas y deseables entre la comunidad de coleccionistas.

La emisión Suriana de 2 pesos ha sido considerada durante mucho tiempo como una de las monedas clave de la popular y desafiante acuñación de la Revolución Mexicana. Cuando fue publicada originalmente por Sánchez Garza (página “Notas históricas sobre las monedas de la Revolución Mexicana”, 1932), la emisión (catalogada con el No. 81a) mereció el siguiente comentario: “Esta rara pieza fue acuñada en un campamento minero llamado Suriana, ubicado en el estado de Guerrero muy cerca de Campo Morado, y operado por la Compañía Minera Peñoles. Se dice que sólo se fabricó un pequeño número. Sólo hay un ejemplar en esta ciudad (México D.F.) y pertenece a la colección Álvarez Martínez, pero tengo entendido que hay tres ejemplares en Estados Unidos”.

Asimismo, la primera oferta pública (el ejemplar de la colección Muirhead, Glendining’s 3/1936, lote 25) fue descrita como “extremadamente rara”. Su estatus como rareza clave de toda la acuñación de la Revolución Mexicana apenas ha disminuido desde entonces y su rareza apenas ha evolucionado.

De hecho, aunque un puñado de emisiones pueden ser en realidad más raras, sin embargo ninguna -a excepción quizás de los 60 Pesos de oro de Oaxaca de 1916- son posiblemente tan emblemáticas, ni más deseables entre la comunidad de coleccionistas. La inscripción del reverso “Oro 0,595″ se refiere al supuesto contenido real de oro en gramos, en lugar de la ley (según la descripción de la KM) (cf. Eguia, Bernardo: “Oro en Monedas Revolucionarias” en Boletin de la Sociedad Numismatica de Mexico, No. 10, enero-marzo 1956). Esto concuerda con el estudio “Los Criaderos Minerales de Campo Morado y La Suriana” (México, 1918) del geólogo Teodoro Flores.

Cabe señalar que la última edición del catálogo North American Coins & Prices (2019) señalaba un precio aproximado de US$35,000.00 dólares o $700,000.00 pesos, basados en subastas anteriores organizadas por Ponterio & Associates y Spink America Gerber, las cuales llegaron a US$17,000.00 dólares, precios muy alejados de los pagados el 13 de septiembre pasados.

La segunda moneda mexica que entró en la subasta data de 1916. (Biggs & Bustos)
La segunda moneda mexica que entró en la subasta data de 1916. (Biggs & Bustos)

Para finalizar, la casa de subastas Briggs & Bustos nos amplía más detalles sobre el contexto histórico de esta ya legendaria pieza:

En el mes de Febrero de 1914, Emiliano Zapata junto con Ignacio Maya entró al territorio guerrerense. Estando en la ciudad de Tlapa, promulgó el día 2 de marzo el “Acta de Tlapa” por la que reconocía como Primer Jefe del Ejército del Norte al General Francisco Villa y convocaba a una Convención Revolucionaria para el día 15 de Mayo en la ciudad de Chilpancingo, siendo esta a su vez la precursora de la Soberana Convención Revolucionaria. Para el 24 de Marzo se consumó la Toma de Chilpancingo a manos del Ejercito Libertador del Sur y posteriormente se nombró como gobernador provisional al General Jesús H. Salgado, quién se protestó como “Director Provisional del Estado de Guerrero”.

El general Jesús H. Salgado ordenó acuñar las primeras monedas utilizando el metal proveniente de las minas de Campo Morado. Los primeros troqueles fueron realizados por Severo Cervantes y la acuñación estuvo a cargo del ingeniero Ángel Barrios. Fácticamente se sabe que la emisión fue consistente durante todo el resto de 1914, aunque de producción limitada al año siguiente, seguramente por la escasez de plata y el desconocimiento del Gobierno de Salgado, así como la designación de Julián Blanco como nuevo Gobernador Provisional del Estado de Guerrero en Enero de 1915.

La acuñación de moneda en la máxima denominación de “Dos pesos”, entre otras, se realizó desde 1915, principalmente en el poblado de “Campo Morado”, emisión en la que también se le atribuye como grabador de los troqueles a Severo Cervantes. De acuerdo con varios autores, fue el General Adrián Castrejón, quien ordenó realizar monedas de “Dos pesos” en un campamento cercano a Campo Morado, modificando el popular diseño del reverso con el sol radiante sobre dos montañas y un volcán, sustituyendo la localidad de *Co Mo* (Campo Morado) por la leyenda *SURIANA.

A modo más detallado, es de mencionarse que los SURIANA fueron acuñados con un troquel de anverso GB-177, aconteciendo algo muy similar con el reverso ya que sigue el mismo patrón de GB-177 en el que se enmarca la “localidad” en la parte inferior entre estrellas, aunque en el caso de Suriana solo ostenta una al comienzo. Otro detalle particular de esta emisión es la culminación en punto de nueve de los rayos del sol y que solo esta emisión ostenta.

Así que ya los sabes. No son tus monedas conmemorativas de 20 pesos las que valen millones. La pregunta para ti, querido lector, es si pagarías tal cantidad de dinero por una pieza de estas características.

Lo aquí publicado es responsabilidad del autor y no representa la postura editorial de este medio

*Coleccionista y conductor del canal de YouTube “Monedas Mexicanas y del Mundo”

Cuenta de X: @eneasmares

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