El 6 de octubre de 2024 marca un hito importante para Japón, ya que se cumplen 70 años desde su inicio en la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) en 1954. A lo largo de estas siete décadas, como uno de los principales socios mundiales, Japón ha extendido sus programas de cooperación a 190 países y regiones, contribuyendo a su desarrollo económico y social, así como a la paz y la prosperidad en la comunidad mundial.
Los esfuerzos en cooperación internacional de Japón comenzaron paralelamente al pago de las reparaciones de la posguerra a países asiáticos, con el objetivo de reconstruir la confianza dentro de la comunidad internacional; comenzando por proporcionarles programas de formación técnica a varios de esos países y ampliando su programa de cooperación hacía América Latina y otras zonas, Japón se ha convertido en uno de los principales socios bilaterales para el desarrollo del mundo.
La Agencia de Cooperación Internacional del Japón, JICA, se encarga de administrar la AOD de Japón, ofreciendo una amplia variedad de programas de cooperación, entre los que se incluyen la cooperación financiera en los sectores público y privado, la cooperación técnica y otros servicios como la ayuda de emergencia y el envío de voluntarios.
En sinergia con las iniciativas nacionales de los países receptores, los programas de cooperación de la JICA, como los de construcción de infraestructuras y fortalecimiento de recursos humanos, han sentado bases sólidas para su desarrollo. En Tailandia, por ejemplo, el desarrollo de la costa oriental llevado a cabo por los préstamos en yenes y la cooperación técnica de Japón en la década de 1980 atrajo a la industria del automóvil a Tailandia, lo que a su vez ha fomentado la fabricación y el comercio en toda la región.
En México, al igual que Tailandia, acompañado de un enorme y rápido desarrollo de la industria del automóvil por la relocalización en la década de 1990, JICA ha estado cooperando con este sector para su desarrollo en colaboración con la industria automotriz.
Otro ejemplo destacado es la cooperación agrícola de JICA. Desde los años 80, JICA colabora con la secretaría de Agricultura de México en la producción piloto de una vacuna contra la peste porcina y en el establecimiento de tecnologías de diagnóstico de las principales enfermedades virales. En 2001, varios laboratorios de Jalisco siguieron reforzando el sistema de diagnóstico integral de las principales enfermedades del ganado. Actualmente, casi la mitad de las exportaciones de carne de cerdo de México se destinan a Japón.
El principio fundamental de JICA ha sido respetar la apropiación y los esfuerzos propios del país socio y poner un fuerte énfasis en los compromisos con una visión a largo plazo. JICA valora mucho las interacciones entre personas, creando fortalezas a través del diálogo, en lugar de sólo la transferencia unilateral de tecnología y conocimientos. Este enfoque nos ha permitido ofrecer soluciones adaptadas a los contextos locales y fomentar los recursos humanos necesarios para el crecimiento sostenible de un país. También ha profundizado el entendimiento y la confianza mutua, fortaleciendo así las relaciones bilaterales entre los países socios de la JICA y Japón.
A pesar de los importantes esfuerzos de la comunidad internacional, muchos retos mundiales siguen sin resolverse. Por el contrario, cuestiones como el cambio climático, los conflictos armados, las pandemias, las catástrofes naturales, las crisis económicas y otras amenazas se han vuelto más complejas y están más interrelacionadas, dando lugar a crisis agravada. Un informe de la ONU advierte de que solo el 17% de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están en vías de alcanzarse, cuando solo quedan 6 años para el año objetivo, 2030.
En conjunto con el gobierno de México, JICA ha estado trabajando en fortalecer 1) la industria de soporte, 2) las contramedidas al cambio climático y 3) la reducción del riesgo de desastres apoyando a los grupos socialmente vulnerables, y 4) a través del Programa Conjunto México-Japón (JMPP) implementando la cooperación triangular a otros países de América Latina, fortalecemos nuestra contribución a México y a la región latinoamericana.
En respuesta al cambiante panorama mundial, el Gobierno de Japón revisó su Carta de Cooperación para el Desarrollo en junio de 2023 con el fin de actualizar su cooperación para el desarrollo para que se implemente de una manera más eficaz y estratégica.
En dicha Carta, la seguridad humana se sitúa como el principio rector que subyace a toda la cooperación al desarrollo. La seguridad humana se refiere a un estado en el que las personas, como individuos, están libres del miedo y la miseria y pueden vivir con dignidad. Durante estas crisis agravadas, muchas personas ven amenazada su seguridad humana; de manera crítica, las personas vulnerables de los países en desarrollo son las más gravemente afectadas. Japón como país hermano de México que comparte el riesgo de desastres. JICA se ha enfocado en los fenómenos naturales como una amenaza a la seguridad humana. Empezando por apoyar el establecimiento del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) en los años 90, después del terremoto de 1985, JICA ha ido extendiendo la cooperación con varias instituciones gubernamentales y privadas para planificar conjuntamente medidas estructurales y no estructurales para la reducción del riesgo de desastres. En los últimos años, JICA también ha estado trabajando en medidas para hacer frente al envejecimiento de la sociedad que sería la futura vulnerabilidad social en México . Estamos desarrollando programas para apoyar a los cuidadores familiares que la sociedad aún no les presta la suficiente atención, y también colaboramos en el fortalecimiento de capacidades para los funcionarios de gobierno que están involucrados en apoyarlos a ellos y a los adultos mayores. Como la agencia de cooperación de Japón para el desarrollo, JICA se compromete aún más a garantizar la seguridad humana mediante sus esfuerzos para la reducción de la pobreza a través de un crecimiento con calidad.
Para alcanzar estos objetivos, la JICA está haciendo evolucionar su programa de cooperación para involucrar a diversos actores y facilitar la colaboración en los esfuerzos para el desarrollo. Existen enormes problemas del desarrollo sin resolver, y muchos de ellos siguen sin tener soluciones claras. La complejidad de los retos para el desarrollo requieren soluciones innovadoras que surjan de la colaboración entre el sector público, el sector privado, el mundo académico y otros actores involucrados. Además, no es papel exclusivo de los países desarrollados liderar las transformaciones globales, ya que muchos países en desarrollo han experimentado un notable desarrollo económico. En este escenario, una de las claves fundamentales para acelerar los esfuerzos por abordar las cuestiones del desarrollo es que la AOD funcione como catalizador de la colaboración para aprovechar la sabiduría y la tecnología de estos diversos sectores. Se espera que la AOD desempeñe un papel crucial en la realización y promoción de dicha cocreación. También esperamos desempeñar un papel como catalizador y nexo para fortalecer aún más los lazos e intercambios entre nuestros dos países, generando un «ganar-ganar» recíproco, junto con la comunidad japonesa en México que tiene una larga historia y se dice que tiene más de 70,000 descendientes japoneses, así como empresas, universidades y gobiernos locales de Japón con estrechos vínculos con México.
La construcción de relaciones recíprocas a través de diálogos continuos con los países socios para crear soluciones es una fuerte tradición de la cooperación de Japón, y la JICA está dispuesta a avanzar en la co-creación aprovechando esta tradición.
La visión de JICA es «Guiar al mundo con lazos de confianza». Nuestra cooperación para el desarrollo se ha centrado en la seguridad humana, las asociaciones igualitarias y la autonomía de los países socios. Nos comprometemos a seguir cooperando con los países en desarrollo y con socios del desarrollo afines. En un mundo de alteraciones, es importante mantener los valores que consideramos esenciales, y que respondamos juntos a los nuevos retos de una manera nueva, basándonos en la confianza que Japón ha construido a lo largo de los años.
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