La menta es una planta perenne perteneciente al género Mentha dentro de la familia de las Lamiáceas. Es conocida por sus hojas verdes y su aroma característico y refrescante, y aunque son principalmente asociadas con usos culinarios o aromáticos, lo cierto es que también tiene importantes propiedades medicinales aunque mucha gente lo desconoce.
Y es que al igual que muchas hierbas aromáticas, la menta contiene compuestos que le aportan propiedades a la salud.
En este sentido, muchas personas suelen buscar en los tés e infusiones remedios para cuidar la salud de sus riñones y aunque existen muchos otras hierbas que sí brindan importantes beneficios, en el caso de la menta no se sabe que tengan efectos beneficios específicos en estos órganos.
Si acaso, su consumo puede tener un leve efecto diurético, lo que puede ayudar a aumentar la producción de orina, algo que es beneficioso para eliminar toxinas y evitar infecciones urinarias.
Sin embargo, sí es importante mencionar que, a diferencia de otros alimentos o hierbas, su consumo no está asociado con una afectación directa a los riñones por lo que se pude tomar sin riesgo de causarles algún daño, siempre y cuando no se beba en exceso y se respete la dosis saludable de máximo dos tazas de té de menta al día.
Cuáles son otros beneficios del té de menta
A pesar de que quizá en los riñones no tenga un efecto particular, lo cierto es que su consumo sí está asociado a una gran cantidad de beneficios, entre los cuales destacan los siguientes:
- Mejora la Digestión: Ayuda a aliviar problemas digestivos como indigestión, gases y sensación de hinchazón. La menta estimula la producción de bilis, lo que facilita la digestión.
- Alivio del Síndrome del Intestino Irritable (SII): El mentol presente en la menta puede relajarse los músculos del tracto digestivo, reduciendo los síntomas del SII.
- Propiedades Antimicrobianas: Su contenido en mentol tiene propiedades antimicrobianas, lo que puede ayudar a combatir infecciones y mejorar la salud bucal.
- Reducción del Dolor de Cabeza: El té de menta puede tener un efecto analgésico y relajante que ayuda a reducir el dolor de cabeza y las migrañas.
- Mejora de la Respiración: El mentol puede ayudar a abrir las vías respiratorias y actuar como un descongestionante natural, aliviando la congestión nasal y los síntomas del resfriado.
- Propiedades Antioxidantes: Contiene antioxidantes que pueden ayudar a combatir el estrés oxidativo y proteger las células del daño.
- Alivio del Estrés: Su aroma y sabor pueden tener un efecto calmante y relajante, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad.
- Fresco Aliento: Consumir té de menta puede ayudar a eliminar el mal aliento debido a sus propiedades antimicrobianas y su capacidad para refrescar la boca.
- Apoyo a la Pérdida de Peso: Al ser bajo en calorías y tener un efecto estimulante en la digestión, puede ser un aliado en las dietas para perder peso.
Cómo preparar un té de menta
Ingredientes
- Hojas de menta frescas: Un puñado (alrededor de 10-15 hojas)
- Agua: 2 tazas
- Edulcorante opcional: Miel, azúcar o edulcorante al gusto
- Limón (opcional): Rodajas o jugo al gusto
Instrucciones
- Preparar las Hojas de Menta: Lave bien las hojas de menta frescas para eliminar cualquier suciedad o residuo.
- Hervir el Agua: Lleve las 2 tazas de agua a ebullición en una tetera o una olla.
- Agregar las Hojas de Menta: Una vez que el agua esté hirviendo, agregue las hojas de menta y retire del fuego.
- Infusión: Cubra la tetera u olla y deje reposar (infusionar) las hojas de menta en el agua caliente durante unos 5-10 minutos, dependiendo de la intensidad deseada.
- Colar el Té: Use un colador para retirar las hojas de menta del té y viértalo en una taza.
- Endulzar y Acondimentar (Opcional): Si lo desea, agregue miel, azúcar u otro edulcorante al gusto. También puede añadir una rodaja de limón o un poco de jugo de limón para darle un toque cítrico.
- Servir: Sirva el té de menta caliente. También puede dejar que enfríe y agregar hielo para disfrutarlo como una bebida fría.
Cabe mencionar que algunas personas pueden ser alérgicas a la menta o experimentar sensibilidades. Si está tomando medicamentos, no olvides consultar siempre con un profesional de la salud para evitar posibles interacciones adversas.