María Asunción Aramburuzabala, conocida también como “Mariasun”, es la mujer con más dinero en el país y la sexta persona más rica de México, solo por detrás de Carlos Slim, Germán Larrea, Ricardo Salinas Pliego, Alberto Bailleres y Juan Francisco Beckmann Vidal. Y es que la empresaria cuenta con una fortuna de USD 6 mil 300 millones y es heredera del imperio cervecero de Grupo Modelo, fundado por sus abuelos de ascendencia española en el año 1924.
Aramburuzabala cursó sus estudios en contaduría pública en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Tras la muerte de su padre, Pablo Aramburuzabala Ocaranza, asumió la presidencia del Consejo de Administración de Grupo Modelo, siendo la primera mujer en ejercer este cargo en la compañía.
En una entrevista realizada por el youtuber y podcaster Oswaldo Oso Trava, Aramburuzabala compartió una experiencia no muy grata que vivió durante unas vacaciones en Tahití, donde fue atacada por un tiburón tigre. La empresaria, quien califica la experiencia como graciosa, relató: “Me encanta bucear, es uno de mis hobbies. Entonces estábamos en Tahití y es una actividad en donde meten carnada, básicamente al tiburón, y la dejan ahí por horas, y entonces los tiburones vienen. Eran tiburones tigre de cinco metros”.
Aramburuzabala comenta que en aquella ocasión, los tiburones se acercaban demasiado, tal vez ignorando los límites de distancia: “Estábamos mi hijo Pablo y yo, quienes llevábamos las cámaras grandes, sentados en la arena. Los demás estaban un poco más alrededor, entre el coral, y estaba la caja en medio con los tiburones dándole vueltas porque querían sacar el atún”.
La empresaria narró que el “day master” abrió la caja y entregó el atún a los tiburones, entre los que había al menos dos tigres: “De repente, el tiburón tigre se lleva la carnada, y al otro tiburón tigre no le gustó y se puso agresivo. Estaba tomando fotos con un gran angular y, de repente, el tiburón le pegó a la cámara y me arrastró cinco metros hacia el lado donde estaba la carnada, a mordidas”.
Entre risas, Aramburuzabala explicó cómo logró defenderse del ataque: “Estas cámaras son bastante grandes y de hierro, con estrobos, así que me defendía de las mordidas del tiburón. En un momento, el tiburón cerró las membranas para proteger sus ojos, abriendo la boca enorme. Metí la cámara con todas mis fuerzas y nadé lo más rápido que pude”.
Finalmente, contó que el tiburón escupió la cámara y ella decidió volver a empujársela en la boca para salvarse: “El ‘day master’ me agarró del chaleco y me jaló fuera de peligro. Nos dio unas vueltas y embistió a mi hijo Pablo, pero todos salimos bien, gracias a Dios. A pesar de lo peligrosa que fue, considero que fue una de las buenas aventuras de mi vida”.
Aramburuzabala mencionó que no era la primera vez que buceaba con tiburones, ya que en su primera experiencia de buceo estuvo rodeada por cientos de ellos.