Actualmente es casi imposible concebir nuestros hogares sin una licuadora, una estufa, un refrigerador, una batidora o un horno de microondas, ya que estos aparatos nos facilitan las tareas domésticas y nos ahorran tiempo.
Los electrodomésticos se han convertido en parte integral de la vida humana para lavar, limpiar o cocinar, haciéndonos la vida diaria más fácil, sin embargo, no todo es cielo rosa.
La globalización nos ha obligado a establecer rutinas laborales estrictas lo cual ha repercutido en el poco o nulo tiempo que se tiene para elaborar comidas debidamente; se adoptan ciertos ritmos o hábitos que no son muy aconsejables para el cuidado de su salud.
La Organización Mundial para la Salud (OMS), alertó que millones de personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; que tampoco comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, acciones que poco benefician a nuestro organismo.
Aunado a lo mencionado, una práctica que contribuye a mermar aún más nuestra salud es la de recalentar alimentos preparados, porque hacerlo resulta perjudicial.
Productos que no se deben recalentar
- ARROZ. Este cereal puede albergar Bacillus cereus, un patógeno que produce síntomas gastrointestinales autolimitados y puede dar lugar a infecciones del sistema nervioso central potencialmente mortales.
- HUEVO. Si al prepararse se deja a temperatura ambiente por un tiempo prolongado puede ayudar a que prolifere la Salmonela, una bacteria que generalmente vive en los intestinos y se expulsa mediante las heces y puede desarrollar complicaciones que ponen en riesgo la vida si la infección se propaga a otras zonas fuera de los intestinos.
- ESPINACAS. Debido a que contienen nitratos, al calentarse se pueden convertir en compuestos cancerígenos. Además, podrían albergar la bacteria listeria que puede causar una enfermedad intestinal que causa vómitos y diarrea, que puede derivar en una enfermedad invasiva grave.
- PAPAS. La advertencia no se centra mucho en la acción de recalentarlas, sino en almacenarlas por más de dos horas a temperatura ambiente una vez preparada, lo cual puede dar lugar al crecimiento de Clostridium botulinum, una bacteria que causa la enfermedad del Botulismo.
Por sí mismo el horno de microondas es inofensivo, sin embargo, su proceso de radiación provoca el desarrollo de elementos que comprometen la calidad de los alimentos, según los especialistas. Estudios de mercado prevén un crecimiento del sector que superará los 230 millones de consumidores globales en 2031, como consecuencia del ritmo de vida acelerado y la necesidad de soluciones prácticas.