Gloria de los Ángeles Treviño Ruiz fue absuelta el 21 de septiembre de 2004 de los delitos de rapto y corrupción de menores; “La Madonna’ mexicana” e intérprete de ‘Doctor psiquiatra’ y ‘Todos me miran’ pasó más de cuatro años en la cárcel acusada de pertenecer al llamado clan Trevi-Andrade que reclutaba niñas y adolescentes. Hoy, Karla de la Cuesta, una de esas víctimas de trata de personas decidió sacar ‘Todo a la luz’.
“Mary (María Raquenel Portillo, mejor conocida como Mary Boquitas) me llevó de inmediato a la casa donde estaban Sergio (Andrade) y Gloria (Trevi), eran las cuatro de la mañana y Gloria estaba muy contenta porque yo había decidido que sí, me dijo que Sergio ya era un hombre, que ser novio ya no era de andarse dando besos y abrazos, que yo tenía que ir a su habitación y decirle que quería ser su novia, eso involucraba que tenía que tener relaciones sexuales con él. Con mucho miedo fui, le golpeé a la puerta, él me dijo que entrara y estaba acostado con pura ropa interior”.
La cita es parte de las declaraciones que una de las víctimas (una niña) ofreció a las autoridades de Chihuahua como parte del juicio contra Gloria Trevi, Mary Boquitas y Sergio Andrade, y que Karla de la Cuesta recogió en su libro ‘Todo a la luz: el caso criminal que México dejó en la oscuridad’.
Karla es una de las tres hermanas De la Cuesta que cayeron en las manos de Sergio Andrade (él único de los tres acusados declarado como culpable); hoy, más de 25 años después del infierno que vivió admitió en entrevista para Infobae México que sigue teniéndole miedo a Gloria Trevi:
“A quien le he tenido yo miedo para romper el silencio en estos 24 años (Gloria Trevi fue detenida en enero del año 2000) ha sido específicamente a ella. Es ella a quien muchas de nosotras realmente le tenemos miedo (...) Tengo años recibiendo amenazas para silenciarme; tenemos miedo a las represalias, miedo al poder político, mediático y económico que tiene y a toda la maquinaria que usa para silenciarnos”.
Previo al lanzamiento del libro de Karla de la Cuesta, el equipo legal de la cantante intentó frenar su distribución con una denuncia ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) por presuntamente violar los derechos de la marca registrada “Gloria Trevi”, algo que la autora califica como un intento de censurar uno de los derechos humanos fundamentales: la libertad de expresión.
“Las medidas que se solicitaron ante el IMPI, para bloquear mi libro, han sido falladas a nuestro favor, porque yo tengo derecho a la libertad de expresión, tengo derecho a que se me escuche, tengo derecho a que se sepa la verdad”.
Verdad y justicia
Mientras estuvo bajo el control físico y emocional de Gloria Trevi, Sergio Andrade y Mary Boquitas, Karla de la Cuesta intentó escapar en varias ocasiones y aunque lo logró en una, volvió para proteger a sus hermanas -las de sangre y las que no lo eran-, quienes eran castigadas por “su culpa”, a manera de escarmiento para que nunca más intentara dejar a Sergio, el manager que llevó a la fama a Treviño Ruiz.
Teniendo yo siete meses de embarazo, me pegó con un cable por no haber hecho una flor de loto (...) Casi todos los días recibía golpes con una baqueta . Porque, según él, tenía que pagar el haberme querido ir”, declaración de Karla de la Cuesta realizada en ante las autoridades de Chihuahua en octubre del año 2000.
A casi tres décadas del inicio de su propio infierno, Karla de la Cuesta alzó la voz para intentar acceder a un poco de verdad y justicia. Para lograrlo, como muchas otras víctimas en este país con altos índices de impunidad (96 % según un informe de México Evalúa), tuvo que convertirse en activista, defensora de derechos humanos y abogada; tuvo que solicitar y releer los expedientes del caso para saber en qué falló el Estado mexicano y su sistema judicial.
Karla de la Cuesta reconoce que es víctima de las “autoridades mexicanas que estaban obligadas a prevenir los hechos; a investigar y sancionar a los responsables; y a evitar, a toda costa la revictimización: no cumplieron ninguna de sus obligaciones y dejaron en total desprotección a 11 víctimas y muchísimas más que no fueron nombradas”.
“Una condena, una sentencia no es sinónimo de justicia”: Karla de la Cuesta.
“Sigo siendo una víctima, tengo miedo, pero no me voy a callar”
Años después de que las autoridades mexicanas fallaron a favor de Gloria Trevi y Sergio Andrade (quien sólo recibió una condena de 7 años y 10 meses), Karla de la Cuesta, 12 víctimas y más de una decena de familiares acudieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para intentar que, como mínimo, el Estado mexicano emita un posicionamiento en el que admita las omisiones que cometió en el caso.
Respecto a la reapertura del caso en México, la autora afirma que “hay delitos que tienen una prescripción altísima, como la privación ilegal de la libertad, pero no hemos iniciado las acciones aquí, porque no confiamos en las autoridades mexicanas”.
“Sergio Andrade, con ayuda de Gloria Trevi y María Portillo, especialmente, nos hacían tratar a Sergio como si fuera un Dios, que si nos golpeaba era porque éramos malas y lo merecíamos (...) El rebelarnos a Sergio era un equivalente a revelarse a Dios con consecuencias equivalentes”.
La cita de arriba es parte de la declaración de una de las hermanas de Karla que vivieron su propio infierno y que la escritora tuvo que releer -así como las de las otras víctimas- más de una vez como parte del proceso de investigación: “fue mucho más doloroso recordar o conocer por primera vez hechos tan dolorosos que ellas habían vivido. Me dio mucho coraje, lo volví a leer y lo volví a leer y, dije, ‘no me voy a callar’”.
En un momento como el que vive México respecto a la aprobación de la reforma judicial, es necesario mencionar a los encargados de “impartir justicia”: Javier Pineda Arbola, juez séptimo penal de Chihuahua, fue quien absolvió a Trevi y sentenció a Andrade; años después -retirado del Poder Judicial y según señalamientos de Karla de la Cuesta- se sumó a uno de los despachos de abogados contratados por Gloria Trevi para su defensa: Maceo Consultores & Asociados S.C.
A pesar del poder que concentra Gloria Trevi y del miedo que Karla de la cuesta aún le tiene, admite: “Ahora soy más fuerte, más valiente, conozco de leyes y sé cuáles son mis derechos. Y sí, soy víctima y siempre lo seré porque nada puede borrar lo ocurrido”.