La madrugada del 16 de septiembre de 1810 en Dolores Hidalgo, Intendencia de Guanajuato, el cura Miguel Hidalgo y Costilla tocó las campanas de la iglesia para reunir a los pobladores, quienes escucharon al clérigo pronunciar un encendido discurso que culminó con el grito de “¡Viva la América! y ¡Muera el mal gobierno!”, impulsando así el levantamiento armado contra la corona española.
Aunque no había aparatos para registrar el histórico discurso, doscientos catorce años después todo México sigue reproduciendo los gritos del “padre de la Patria”, pues esta fecha se considera un día de fiesta nacional. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) recoge algunos datos interesantes sobre esta fiesta de todos los mexicanos.
Si bien la efeméride se instauró de forma oficial una vez consumada la guerra independentista, existen registros históricos de que la primera conmemoración del “Grito de Independencia” se llevó a cabo de forma espontánea mucho antes, sin embargo, Miguel Hidalgo ya no estaba vivo para vislumbrar la magnitud histórica de su llamado a las armas.
El primer registro conocido es del día 16 de septiembre de 1812, cuando Ignacio López Rayón, insurgente y secretario de Miguel Hidalgo, celebró en Huichapan, después rebautizado como Hidalgo. Después de reproducir los gritos libertarios, ordenó una descarga de artillería en honor a la lucha iniciada dos años antes en Guanajuato.
Originario de Tlalpujahua, Michoacán, López Rayón fue un destacado militar y político insurgente durante la guerra contra los españoles. Fue uno de los principales colaboradores de Miguel Hidalgo y José María Morelos, por ello pudo rescatar de forma fiel las palabras que cambiaron el cauce de la historia mexicana.
Tras la captura y ejecución de Hidalgo, López Rayón asumió el liderazgo de la insurgencia y estableció la Suprema Junta Nacional Americana, la primera instancia de gobierno independiente en México. Su participación fue crucial en la organización y administración del movimiento independentista.
Soy Porfirio Díaz Mori, el sepultado que vive y sueña
eBook
$4,99 USD
Ya en 1813, José María Morelos y Pavón propuso en su carta Sentimientos de la Nación, conmemorar el inicio del movimiento independentista y dar reconocimiento a sus iniciadores. No obstante, la lucha se pudo consumar hasta el día 27 de septiembre de 1821, cuando Agustín de Iturbide y el ejército Trigarante ingresaron a la Ciudad de México.
¿Porfirio Díaz cambió la fecha del grito de Independencia?
En 1822, Guadalupe Victoria, primer presidente de México, designó el 16 de septiembre como el día oficial en el que la nueva nación debería celebrar su Independencia. Debido a que el grito original de Miguel Hidalgo ocurrió en la madrugada, la población empezó a celebrar desde una noche antes, situación que perduró algunas décadas.
Esta tradición se oficializó en 1896 por declaración del entonces presidente Porfirio Díaz y aunque por mucho tiempo se creyó que el mandatario trasladó el festejo al día 15 de septiembre para que coincidiera con su cumpleaños, pero esto es falso, simplemente persistió la costumbre de comenzar con la celebración y dar el “grito” antes de la madrugada.
Actualmente, la tradición es que el presidente en funciones salga al filo de las 23:00 horas al balcón principal del Palacio Nacional, en la Ciudad de México, haga repicar la campana que sonó en 1810, lance vivas a los personajes que intervinieron en la lucha independentista y ondee la bandera.
Como no existe un documento oficial sobre lo que el presidente debe gritar, cada mandatario ha añadido vivas y frases en cada conmemoración.
A la mañana siguiente se celebra el desfile militar del 16 de septiembre, también para conmemorar el inicio de la Guerra de Independencia de México. Esta tradición tiene lugar desde el siglo XIX y tiene como objetivo rendir homenaje a los héroes que lucharon por la independencia del país.
El desfile, que recorre las principales calles de la Ciudad de México, incluye la participación de diversas unidades de las fuerzas armadas, así como de otras instituciones de seguridad y rescate.