Nos encontramos a pocos días de que se conmemore un año más del Grito de Independencia, mismo que fue dado la madrugada del 16 de septiembre de 1810, por Miguel Hidalgo y Costilla, quien es conocido como el padre de la patria.
Además de Hidalgo, existen otros grandes personajes históricos que son recordados por haber participado de manera activa en la Independencia de México, que concluyó en 1821. Algunos de ellos son: Ignacio Allende, José María Morelos y Pavón, los hermanos Aldama y sus sobrinos, Guadalupe Victoria y Mariano Matamoros.
Además, en la Ciudad de México existe un monumento dedicado a la Independencia del país. Se trata del Ángel de la Independencia, mismo que se encuentra en la avenida Paseo de la Reforma, una de las más importantes de la capital e, incluso, del país.
Este monumento fue creado por órdenes del presidente Porfirio Díaz, quien designó al arquitecto Antonio Rivas Mercado para construir la estatua para celebrar el centenario del inicio de la lucha independentista.
El 2 de enero de 1902 se colocó la primera piedra de esta obra, y en ella se puso un cofre dorado con el acta de independencia, y algunas monedas de la época. El monumento tuvo un costo total de 2 millones 150 mil pesos y fue inaugurado el 16 de septiembre de 1910.
Para 1925, por instrucciones del entonces presidente Plutarco Elías Calles, el monumento se convirtió en mausoleo. Ahí, se colocaron los restos de algunos de los personajes más importantes de la historia del país.
Cabe señalar que Miguel Hidalgo es conocido como el padre de la patria porque él fue quien dio el grito en Dolores, Hidalgo, y quien inició el movimiento independentista.
¿Dónde descansan los restos de Miguel Hidalgo?
Miguel hidalgo y Costilla murió fusilado en 1811. Tras su muerte, su cuerpo fue sepultado en el cementerio de la iglesia de San Sebastián, en Guanajuato, sin embargo, sus restos fueron exhumados en 1823 para ser trasladados a la Ciudad de México.
Ya en la capital mexicana, los restos del padre de la patria fueron sepultados, en un principio, en la Catedral Metropolitana de la CDMX, pero años más tarde, en 1925, fueron llevado al Ángel de la Independencia, donde se encuentran hasta la fecha.