Personal docente de una secundaria ubicada en el estado de Durango rompieron y quemaron celulares decomisados a los alumnos del plantel educativo, argumentando que era lo establecido en el reglamento de la escuela, lo que causó diversas reacciones en redes sociales.
La Secundaria Estatal José Santos Valdez informó a través de su propia cuenta de Facebook sobre la destrucción de los celulares decomisados a los alumnos, la cual se dio excusándose que los mismos están prohibidos por el reglamento del plantel, y que con esta acción estaban haciendo valer el mismo. A través de las fotografías difundidas por la misma escuela se puede ver como se destruye los teléfonos con un martillo, y con gasolina se procede a quemar el resto.
“Buen día, hoy lunes 09 de septiembre de 2024 en el desarrollo de honores a la bandera en nuestra institución se dieron a conocer a los alumnos y comunidad en general sobre los próximos concursos a desarrollar entre nuestros estudiantes, así como el lanzamiento de la convocatoria para la elección de la sociedad de alumnos para este ciclo escolar”.
“También llevamos a cabo la quema y destrucción de artículos decomisados que se encuentran prohibidos en el reglamento escolar, mismos que todos los padres de familia aceptaron y dieron su consentimiento”, señala la publicación que fue borrada posteriormente ante la polémica que desató en redes sociales.
Otros artículos que fueron destruidos fueron desodorantes, plumones permanentes, gorras, cinturones y más objetos. La secundaria insistió en que la quema y destrucción de artículos prohibidos se hizo conforme al reglamento escolar, mismo que fue previamente informado a los padres de familia y el cual ellos aceptaron.
La manera de actuar de la escuela se hizo viral, generando diversas reacciones; por un lado, algunas personas desaprueban el acto, señalando que eso puede catalogarse como violencia contra el alumnado y que hoy en día es esencial que los menores tengan un teléfono y con él la oportunidad de siempre estar comunicado.
Y por otro lado hay quienes señalan que los niños y los padres de familia de los mismos debieron acatar el reglamento de la institución educativa, señalando que los menores suelen distraerse con estos aparatos.
Hasta el momento, ni Secretaría de Educación Pública, ni las autoridades locales de educación se han pronunciado al respecto.