El Servicio Sismológico Nacional (SSN) informó sobre un sismo de magnitud 4.0 generado este 8 de septiembre cerca de Matías Romero, que ocurrió a las 4:41 horario local (10:41 UTC).
Información preliminar señala que el temblor tuvo un epicentro 12 km al sureste de la ciudad, en el estado de Oaxaca, con una profundidad de 106.9 km y fue percibido por los habitantes de la localidad.
Ante una actividad sísmica importante, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred)hace un llamado a no caer en rumores, ni noticias falsas y solo informarse en fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil, tanto locales y estatales, así como federales.
Tras un terremoto, checa tu hogar en búsqueda de posibles daños, utiliza tu teléfono solo en caso de emergencia, no prendas cerillos o velas hasta asegurarte que no hay alguna fuga de gas y recuerda que se pueden presentar réplicas del sismo, por lo que es importante mantenerte alerta.
También puedes seguir las siguientes medidas antes de un terremoto: alista un plan de protección civil, participa en simulacros de evacuación, encuentra las zonas de seguridad en casa, escuela o lugar de trabajo y prepara una mochila de emergencia.
Durante un sismo conserva la calma y quédate en runa zona de seguridad, aléjate de objetos que puedan caer; si estás en un automóvil, estaciónate y aléjate de edificios, árboles y postes; y si te encuentras en la costa, aléjate de la playa y refúgiate en zonas altas.
Actividad sísmica en México
México se encuentra en una zona de alta actividad geológica, que lo expone al riesgo constante de sufrir sismos. Prueba de lo anterior fueron los sismos de 1985 y 2017, que causaron grandes daños, sin embargo, no han sido los de mayor magnitud en la historia del país, pese a ser de los más presentes en la memoria tanto de nacionales como de extranjeros.
El terremoto más fuerte registrado en la historia de lo que hoy México tuvo su epicentro en Oaxaca. Aquel 28 de marzo de 1787, tembló con la fuerza de 8.6 de magnitud. La tierra no solo vibró sino que también el mar mostró su furia con un tsunami que se adentró hasta 6 kilómetros más allá de la línea costera.
Expertos del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) estiman que será posible la repetición de situaciones semejantes en el futuro próximo. Dichas conclusiones surgieron a partir de un estudio fechado en 2009 que pretendía analizar el evento citado. Se dijo entonces que puede haber terremotos de una magnitud similar en las costas de México y Centroamérica. Lo anterior porque dicha zona posee gran potencial para acontecimientos de naturaleza geológica, dada su ubicación en la llamada Brecha de Guerrero.
Sin embargo, una magnitud menor en un evento sísmico no se traduce necesariamente en una afectación menor en edificios e infraestructura. Así, en 1985 y 2017, los habitantes de la capital, Ciudad de México, debieron enfrentar la devastación producto de dos terremotos que se transformaron en un parte aguas en sus vidas.
El del 19 de septiembre de 1985 ocurrió a las 7:19 horas locales (13:19 UTC) con una magnitud de 8.2 y con epicentro en el estado de Guerrero. Desde ese terremoto muchos pensaron que algo así no se repetiría. Pero ocurrió de nuevo 32 años exactos después.
En 2017, sucedió a las 13:14 hora del centro (18:30 UTC), con epicentro en una zona entre los estados de Puebla y Morelos. Entonces, la cifra de víctimas mortales llegó a 369.