Hoy en día ya no es un tabú hablar sobre salud mental, al contrario, pareciera que se ha vuelto una moda utilizar expresiones como “estoy depre” queriendo decir “estoy triste” y es por ello entre otras cosas, que vale la pena aclarar que la depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por una sensación permanente de tristeza, desesperanza y falta de interés o placer en las actividades cotidianas y comunes. No es una emoción de tristeza temporal: es una condición compleja y multi factorial que puede ser provocada por una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales.
En consulta lo más frecuente es encontrar personas que se han enfrentado algún evento traumático, como alguna relación interpersonal conflictiva, condiciones de vida estresantes (con exceso de cortisol) como sucede con la pobreza, el desempleo y la discriminación. También hay personas con patrones de pensamientos negativos o que tienen habilidades limitadas para manejar la resolución de problemas y el manejo del estrés.
Si bien es una condición mental que puede afectar a cualquier género, las mujeres son particularmente más vulnerables. De acuerdo con la OMS, se estima que alrededor del 10 - 12% de las mujeres sufren depresión en algún momento de sus vidas mientras que en el caso de los hombres el porcentaje es del 5-6%.
Algunos factores biológicos y hormonales responden a ello:
-Hormonas reproductivas. Las fluctuaciones hormonales a lo largo de la vida de una mujer, como sucede durante el ciclo menstrual, el embarazo, el posparto y la menopausia, nos generan cambios en los neurotransmisores del cerebro que regulan nuestros estados de ánimo, contribuyendo al desarrollo de la depresión.
-Genética. Existe una predisposición genética que puede hacer que las mujeres seamos más propensas a la depresión. Ciertas condiciones médicas que son más comunes en mujeres, como los trastornos de la tiroides, también están relacionadas con un mayor riesgo de depresión.
-Autoestima. Las mujeres a menudo enfrentamos presiones sociales relacionadas con la apariencia física, el éxito profesional, el rol de cuidadoras, la conciliación de las responsabilidades laborales y familiares, lo que puede afectar su autoestima y aumentar el riesgo de depresión. Tendemos de manera mucho más frecuente a sobre analizar o rumiar pensamientos repetitivos generalmente a cerca de problemas y emociones negativas.
-Traumas y abuso. Las mujeres somos más propensas a haber experimentado abuso sexual, emocional o físico, lo que aumenta el riesgo de desarrollar depresión. El impacto de las relaciones interpersonales es otro factor ya que las mujeres a menudo valoran y dependen más de las relaciones que los hombres por lo que el impacto emocional es mayor.
-Roles sociales y culturales. Las expectativas sociales y los roles de género tradicionales pueden aumentar la carga emocional en las mujeres, generando estrés y contribuyendo a la depresión.
-Responsabilidades múltiples. Muchas mujeres llevan la carga de cuidar a la familia, trabajar y mantener el hogar, lo que puede generar un estrés crónico que predispone a la depresión.
Estos factores, combinados, pueden explicar por qué las tasas de depresión son más altas en mujeres que en hombres. Sin embargo, es importante recordar que cada persona es diferente, y la experiencia de la depresión es única para cada individuo. Abordar la depresión en mujeres requiere una comprensión integral que incluya sus contextos específicos, y es importante reconocer tanto los síntomas como las causas subyacentes.
La depresión en las mujeres, al igual que en los hombres, se trata mediante una combinación de psicoterapia, medicamentos (como antidepresivos), y cambios en el estilo de vida. Es crucial que las mujeres que experimentan síntomas de depresión busquen ayuda profesional para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados. Un psiquiatra y/o psicólogo son los responsables de realizar el diagnóstico a través de una evaluación clínica (entrevista), cuestionarios y escalas de evaluación.
Ante cualquier posible síntoma como pensamientos suicidas, tristeza permanente, fatiga o irritabilidad, no dudes en acercarte con un especialista y expresar tus emociones. La prevención es clave.
* Psic. María Mejía S. Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta Integrativa Especializada
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