El refugio natural entre dos mundos donde la biodiversidad sobrevive sin la invasión humana

El Archipiélago de Revillagigedo, un grupo de islas volcánicas situadas en el Océano Pacífico, se destaca como uno de los últimos rincones de México que está a salvo de la invasión humana.

Compuesto por las islas Socorro, San Benedicto, Roca Partida y Clarión, el archipiélago se ha convertido en un refugio protegido donde multitud de especies encuentran un hábitat seguro.

La fauna y flora de las islas Revillagigedo son excepcionales y muchas de sus especies son endémicas, es decir, no se encuentran en ninguna otra parte del mundo, según el programa de manejo del parque realizado por la Secretaría del Medio Ambiente de México y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

Las aguas que rodean el archipiélago son un santuario marino de increíble riqueza, habitadas por ballenas, delfines, corales y una abundante diversidad de peces. En la tierra, las islas son hogar de aves únicas, reptiles y una flora que ha evolucionado de manera aislada, adaptándose a las condiciones particulares de este paraíso remoto.

En la Isla Clarión se encuentra una colonia estable de albatros de Laysan, una especie catalogada como amenazada según la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010. Esta ave pasa la mayor parte de su vida en mar abierto y sólo regresa a tierra durante la temporada de reproducción, donde pone un solo huevo por temporada.

Ambos padres comparten la tarea de cuidar el huevo y la cría, lo cual requiere un alto consumo de energía. Para alimentar a su cría, los albatros realizan extensos viajes de miles de kilómetros hacia las costas de Baja California, Estados Unidos, e incluso se adentran en el Pacífico. Su dieta principal consiste en calamares, de acuerdo con una cápsula de Ciencia UNAM de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Esta ave marina de alas largas, clasificada en la Lista Roja de la UICN como de baja preocupación, tiene un tamaño similar al de una garza, un ánade real o una gaviota argéntea, de acuerdo con información de Audubon, organización dedicada a la conservación de aves antiguas.

Su plumaje puede ser de diversos colores, incluyendo negro, azul, marrón, rosa, rojo y blanco. Las alas son largas, estrechas, puntiagudas y cónicas, mientras que su cola es puntiaguda y en forma de cuña. Habita principalmente en las b del mundo.

Esta especie de culebra fue descubierta en 1936 por el naturalista Charles William Beebe, quien colectó diversos ejemplares de invertebrados marinos, peces, aves y reptiles que después llevó al Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.

“Uno de los reptiles fue descrito como una subespecie endémica de la isla, la serpiente nocturna Hypsiglena ochrorhyncha unaocularus”, menciona un comunicado de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad de México.

Aunque se realizaron expediciones posteriores, no fue vista nuevamente hasta 2014. El comunicado resalta la importancia del redescubrimiento de una especie en una época donde la tasa de extinción de especies es alarmante.

“Nada sería posible sin el ánimo emprendedor y el rigor científico que acompaña el desempeño de quienes están detrás de los trabajos necesarios para encontrar y reencontrar a una especie”.

El delfín listado es una especie oceánica que se encuentra ampliamente distribuida en las aguas tropicales y templadas cálidas de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, así como en algunos mares adyacentes, como el Mediterráneo, según la Fundación CRAM, que se dedica a la protección y cuidado de especies marinas.

Aunque comparte características con el delfín común, se distingue por la coloración de su cuerpo y sus proporciones, con una cabeza más abultada. Su dieta incluye una amplia variedad de peces y cefalópodos.

Está sujeto a protección especial de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010. “La interacción con las redes de pesca, la escasez de alimento debido a la sobreexplotación pesquera y el elevado nivel de contaminantes en mares y océanos hacen que haya motivos para preocuparse sobre su estado de conservación”, menciona la fundación.

Esta ballena se reconoce fácilmente por su cuerpo robusto y sus características aletas pectorales largas, que representan aproximadamente un tercio de su longitud total, según el manual del programa de acción para la conservación de la especie de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

Las hembras adultas miden entre 15 y 19 metros, mientras que los machos alcanzan entre 14 y 17.5 metros, con un peso de 30 a 40 toneladas, aunque pueden llegar a 53 toneladas. La cabeza es ancha, ocupando casi un tercio de la longitud total, y tiene varias protuberancias con vibrisas táctiles. Suele alimentarse de plancton y peces.

Mide alrededor de 9 cm. Es un ave confiada, inquieta y exploradora. Su trino es muy agudo, con variaciones de tono. Tiene una cola corta y un dorso azulado con espalda de tono oliva.

Presenta un color blanco en las plumas externas de la cola y en las cobertoras. Su vientre es de un amarillo dorado, con un tono anaranjado en el pecho. Vive en los estratos altos y medios de selvas, bosques y arboledas.

Se encuentra sujeta a protección especial de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.

Es la única especie de ave que habita en el suelo. Aunque puede volar como cualquier otra ave, sus nidos se encuentran únicamente a nivel del suelo y, en ocasiones, a grandes profundidades, según la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

“Por esta característica tan peculiar se les asocia con los roedores terrestres, como el Perrito llanero o ardillas terrestres. Usan excavación como nidos y se pueden encontrar colonias de varias decenas de ellos en un espacio reducido”, menciona la institución.

Sus nidos pueden estar situados hasta tres metros bajo tierra, donde depositan entre dos y once huevos blancos que se incuban durante 28 días. Vive exclusivamente en las áreas abiertas de México y no se encuentra en bosques. Posee patas largas y sin plumas, y grandes ojos de color amarillo y negro. Cuando descansa, se asemeja a una pequeña bola de plumas cafés y blancas, pero si se siente amenazada, se endereza y puede girar su cabeza casi 280 grados.

Mide aproximadamente 22 centímetros, pesa cerca de 180 gramos y se alimenta principalmente de insectos, aunque ocasionalmente caza roedores, aves y reptiles. Es una especie amenazada según la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.