Así eran los juegos de mesa prehispánicos que INAH encontró en obras del Tren Maya

El patolli no solo era un entretenimiento, sino también una actividad social y ceremonial cargada de simbolismo

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Estos juegos de mesa no sólo tenían un objetivo lúdico, sino que servían para adivinar el destino. FOTO: INAH
Estos juegos de mesa no sólo tenían un objetivo lúdico, sino que servían para adivinar el destino. FOTO: INAH

Durante las labores del Proyecto de Salvamento Arqueológico del Tren Maya en el Frente 3, del Tramo 7 del Tren Maya, se recuperaron nueve patollis esgrafiados, un juego mesoamericano consistente en líneas grabadas en el piso, a modo de tableros, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Los patollis esgrafiados, antiguos tableros de juego mesoamericano, fueron descubiertos cerca del poblado de Xpujil, según informó Félix Camacho Zamora, coordinador del área de conservación de dicho proyecto, quien agregó que estos juegos arrojan luz sobre prácticas lúdico-religiosas de hace más de mil años en el área mesoamericana.

Los juegos encontrados en una superficie de estuco de 11.3 metros de largo por 2.8 metros de ancho en la estructura denominada T7-44279, fueron registrados a lo largo de la carretera libre a Chetumal.

Estas estructuras, que presentaban un notable deterioro, eran utilizadas en un juego sagrado relacionado con deidades y rituales, explicó el encargado del Laboratorio de Restauración del Tramo 3 del Tren Maya en Mérida, Fernando Alemán Toscano.

Los tableros se encuentran dañados por el paso del tiempo, por lo cual se aplican técnicas de conservación. FOTO: INAH
Los tableros se encuentran dañados por el paso del tiempo, por lo cual se aplican técnicas de conservación. FOTO: INAH

Cómo se jugaba el patolli en las culturas prehispánicas

Era una especie de juego de mesa muy popular entre las culturas prehispánicas de Mesoamérica, principalmente entre los mexicas, por lo tanto su nombre proviene del náhuatl “patolli”, que significa “frijol”, un componente esencial del juego.

El tablero tenía forma de cruz o aspa, dividida en 52 cuadrados, un número simbólico relacionado con el calendario mexica.

Cada jugador utilizaba 6 frijoles marcados como piezas para moverse por el tablero. En lugar de dados como se conocen en la actualidad, se usaban dichos frijoles pintados para indicar el número de casillas a avanzar.

Los jugadores apostaban bienes como mantas, joyas, o alimentos antes de empezar el juego. Los frijoles se agitaban y se dejaban caer para determinar el número de movimientos.

El registro gráfico mostró diferentes estilos de patollis, dos circulares, cuatro cuadrados y el resto con líneas difusas que no permiten su identificación. Foto Felix Camacho Zamora
El registro gráfico mostró diferentes estilos de patollis, dos circulares, cuatro cuadrados y el resto con líneas difusas que no permiten su identificación. Foto Felix Camacho Zamora

El objetivo era mover todas las fichas alrededor del tablero antes que el oponente. Las fichas podían capturar o bloquear a las del adversario, añadiendo un elemento estratégico.

Además del aspecto lúdico, tenía un gran significado ritual y religioso, asociado a las ceremonias y a la predicción del destino.

El patolli no solo era un entretenimiento, sino también una actividad social y ceremonial cargada de simbolismo para los pueblos prehispánicos.

INAH aplica técnicas de restauración en los 9 tableros

A pesar de su estado deteriorado, los patollis fueron tratados con medidas de conservación de emergencia. Camacho Zamora especificó que se realizaron inyecciones de agua de cal para devolver la cohesión al estuco, así como la aplicación de resanes y ribetes perimetrales. Posteriormente, los frágiles tableros fueron sellados, embalados y trasladados al Laboratorio de Restauración en Chetumal para su estabilización y resguardo.

La intervención arqueológica en el Tramo 7 del Tren Maya, que abarca 287 kilómetros entre Quintana Roo y Campeche, reveló dos etapas constructivas del centro ceremonial donde se encontraron los patollis, antiguos dispositivos de juego utilizados en el último periodo del Clásico Tardío (600-900 d.C.), anotó Camacho Zamora. Sin embargo, se espera confirmar esta cronología mediante análisis cerámicos.

Al respecto, Aldo Germán Dena Castro, jefe de campo del Frente 3, destacó que la importancia del hallazgo radica en el contexto cívico en el que se encuentran estos elementos recreativos. Esto sugiere que en dicha área se reunían personajes de alto rango, posiblemente para mediación o esparcimiento, alejados de los discursos políticos.

El proceso de documentación previa a la extracción incluyó registros gráficos, fotográficos y fotogramétricos para ubicar la localización exacta de estos juegos y su grado de deterioro.

Durante estos trabajos, diversos diseños de patollis fueron identificados, incluidos dos circulares, cuatro cuadrados y otros estilos menos definidos debido a su desgaste.

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