Este es el restaurante más antiguo de CDMX

Cada uno de los rincones de la Ciudad de México están llenos de historia y sabor, pues además de ser un importante punto de encuentro para los mexicanos, destaca por ser un lugar rico en gastronomía donde los visitantes disfrutan de los platillos mexicanos más ricos.

Así como hay grandes edificios históricos, dentro de la capital también se encuentra el restaurante más antiguo de todo México, que aunque ya no está en funciones, sigue siendo recordado por sus ricos platillos tradicionales como el chile en nogada.

Dentro del Centro Histórico de la Ciudad de México, específicamente en la calle Belisario Domínguez No. 72, se encuentra la Hostería de Santo Domingo, considerada el restaurante más antiguo de la capital. Pese a que en 2021 tuvo que cerrar sus puertas como consecuencia de la pandemia por Covid-19, es importante señalar que por más de 150 años fue uno de los lugares que por obligación se debía visitar.

Su historia se remonta hasta 1860, cuando comenzó a deleitar a sus comensales con platillos tradicionales de la gastronomía mexicana. Según la historia, la construcción fue comprada por Policarpo Orozco a los frailes dominicanos, quienes se vieron en la necesidad de vender algunas secciones de lo que entonces era un monasterio y hostería.

Actualmente, el inmueble se encuentra protegido por el INAIH y el INBA como patrimonio del Centro Histórico; sin embargo, a lo largo de su historia tuvo el placer de ser testigo de importantes acontecimientos como el Segundo Imperio Mexicano, el Porfiriato y la Revolución Mexicana. Además, recibió a destacadas figuras del país entre los que se encuentran Salvador Novo, Agustín Lara, Lola Beltrán, José Alfredo Jiménez, Pedro Vargas y muchos más.

Uno de los detalles más distintivos del lugar era su interior lleno de colores mexicanos (rosa mexicano, blanco y azul rey), así como el mural de la plaza de Santo Domingo pintado por Antonio Albanés en 1956. Además de ser parte del restaurante más antiguo de CDMX, la obra de arte estuvo presente en una edición de los billetes de mil pesos.

Por otra parte, los trozos de papel picado que colgaban del techo permitían familiarizarte con la época, al igual que el vitral que se encontraba en el comedor y fue realizado por la casa de vidrieros de Felipe Derflinghe, ahí se podía observar la imagen de marchantas y cocinas tradicionales iluminadas por el atardecer.

Pese a ya no estar en funciones, la Hostería de Santo Domingo no solo era un establecimiento gastronómico, sino también un referente cultural del Centro Histórico de la Ciudad de México, pues a lo largo de su historia ha sido testigo de la evolución urbana, social y cultural de la ciudad, manteniendo viva la tradición culinaria mexicana.

Durante los años que deleitó a capitalinos y visitantes, el restaurante ofreció en su menú 70 platillos diferentes a la semana, aunque contaban con opciones fijas, cada día ofrecía 10 nuevas sugerencias, pero cabe resaltar que su especialidad era el tradicional chile en nogada. Si bien es cierto, es un platillo típico de las celebraciones de septiembre, la hostería lo servía a lo largo del año.

Otras de sus especialidades eran las enfrijoladas, la pechuga ranchera, el pollo manchamantel, los escamoles, la lengua veracruzana, la calabaza en tacha, las galletas de nata y los huesitos de manteca. Pese a que ya no está en funcionamiento, los capitalinos lo siguen recordando con gran cariño y aseguran que es uno de los lugares que lograba trasladar a sus visitantes hasta el siglo XIX.