La muerte de ocho elementos de la Policía Comunitaria de Coahuayana durante un enfrentamiento con presuntos sicarios del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) fue una muestra de la disputa territorial que existe en la región Sierra-Costa de Michoacán, según consideraciones del fiscal estatal Adrián López Solís.
El pasado 24 de agosto, miembros de la Guardia Comunal patrullaban una zona boscosa entre las comunidades de La Presa y Salsipuedes cuando fueron sorprendidos por un convoy de pistoleros del CJNG, proveniente del colindante estado de Colima.
Durante la emboscada, los integrantes del cártel de las cuatro letras utilizaron un camión tipo ‘monstruo’, según informes obtenidos por la agencia EFE. En el lugar murieron siete policías comunitarios y uno más falleció horas después, mientras recibía atención médica en una clínica.
Al respecto, el fiscal López Solís reconoció que las confrontaciones armadas en la región no son un tema reciente e incluso ha orillado a las familias a abandonar sus hogares.
“Se vive una situación de zozobra que no es nueva, tiene ya algunos años, por momentos se recrudece y todo pasa por la determinación de quienes están integrados a grupos criminales para posicionarse en el territorio y permitir la realización de actividades, principalmente el trasiego de droga”, declaró el funcionario en un breve encuentro con medios de comunicación.
Coahuayana es un municipio ubicado en la zona de la Costa de Michoacán, en la que también se encuentran Lázaro Cárdenas y Aquila. Al este, colinda con Colima, uno de los estados en donde el CJNG logró asentarse por lo menos en el año 2019.
Este territorio es de alta relevancia para los grupos criminales debido a que “ha sido propicia para recuperar paquetes de droga que provienen de Sudamérica“, expuso el fiscal de Michoacán.
Bajo la misma narrativa, recordó que “ha habido un sinnúmero de aseguramientos de paquetes de cocaína por parte de la Marina y eso es un indicativo del valor que tiene para los grupos criminales asentarse en el territorio, porque de esa manera pueden asegurar los envíos y continuar su trasiego hacia su destino”.
A esto se suma el hecho de que el puerto de Manzanillo, en Colima, es un punto estratégico para el CJNG debido a que es utilizado para introducir cocaína colombiana y precursores químicos desde Asia, incluyendo aquellos usados para sintetizar fentanilo.
“Esto afecta a la población, porque el riesgo es permanente y eso produce intranquilidad que lleva a las familias a ser desplazadas”, explicó el fiscal Adrián López Solís.
Los reportes disponibles refieren que la Guardia Comunal —dirigida por el comandante Héctor Zepeda Navarrete, también conocido como ‘Comandante Teto’— habría intentado detener el avance del CJNG, lo que desató el enfrentamiento.
En 2021, presuntos sicarios del CJNG mencionaron al ‘Comandante Teto’ en un video y lo acusaron de estar supuestamente involucrado en actividades de narcotráfico.
“(Quienes) verdaderamente mancharon y traicionaron el movimiento de autodefensas fueron Héctor Zepeda Navarrete y Germán Ramírez. Ellos, desde el 2017 empezaron a descargar cocaína en lanchas y avionetas, además de hacer lo mismo que hacían los Caballeros Templarios como cobrar cuotas”, se escucha en la grabación.
En una entrevista con Animal Político, el ‘Comandante Teto’ se deslindó de tales señalamientos y negó ser parte de alguna organización criminal.
Su incursión en el movimiento de autodefensas de Coahuayana ocurrió después de que su hermano Julio fuera asesinado por sicarios de Los Caballeros Templarios. A más de una década, estas agrupaciones mantienen sus operaciones en zonas como Aquila, Tepalcatepec, Los Reyes y Peribán.