La boda de Keith Richards, el legendario guitarrista de los Rolling Stones unió su vida con Patti Hansen, una supermodelo estadounidense, en una ceremonia que, aunque privada, dejó una huella inolvidable en una de las playas más exclusivas de México.
El contraste entre la indómita personalidad de Richards y la tranquilidad de las playas de Baja California Sur creó un escenario único. La ceremonia, lejos de los lujos tradicionales de las celebridades, se destacó por su ambiente relajado y bohemio.
Los Cabos, con sus impresionantes paisajes, sirvió como el telón de fondo perfecto para una unión que celebró el amor de una de las parejas más sólidas del rock.
Cómo fue el enlace matrimonial entre las superestrellas
Aunque no se permitió el acceso a la prensa, el reportero bajacaliforniano Francisco King logró colarse al evento y grabar algunos detalles de la unión entre el guitarrista y la supermodelo.
El día de la boda, el 18 de diciembre de 1983, coincidió con el cumpleaños de Richards, quien cumplía 40 años, mientras que Patti tenía 27.
El evento se celebró en The Whale Watcher Bar (El bar del avistador de ballenas) del Hotel Finisterra en Cabo San Lucas, localizado en la punta de la península de Baja California Sur. Hoy en día, el hotel tiene el nombre de Sando Finisterra y el costo aproximado de una boda con 30 invitados oscila entre los 3 mil 450 a los 6 mil 450 dólares (65 688 mil y 122 mil 809 pesos mexicanos)
La ceremonia se demoró una hora, ya que Keith insistía en que un cantante local, amigo suyo, debía llegar para interpretar canciones mexicanas. El novio eligió un traje negro clásico con camisa blanca y moño negro, mientras que la novia lució un vestido satinado con un corsé entallado de mangas cortas y abultadas, además de dos cadenas de oro en el cuello.
Entre los asistentes se encontraban Mick Jagger, los padres de Keith, William y Doris Richards, y la madre de la novia, Beatriz Teodora Hansen. Los invitados llegaron un día antes en vuelos especiales procedentes de Dallas y Miami.
En una entrevista para el periodista King, Mercedes Ceseña Chong, juez del Registro Civil encargada de casar a la pareja, declaró que se habían casado por sociedad conyugal.
Pasaron los primeros días de su luna de miel en Cabo San Lucas y luego viajaron a Jamaica, lugar de nacimiento de Keith. Después de la ceremonia, disfrutaron de la música mexicana que el guitarrista estaba empeñado en escuchar además de los clásicos de la banda a la que pertenece.
Una historia de amor para toda la vida
Keith Richards y Patti Hansen se conocieron de una manera memorable en 1979. Ella tenía 18 años y solía pasar la mayoría de las noches bailando en Studio 54 en Nueva York, un popular club nocturno de la época, según cuenta la modelo en una entrevista realizada por Vogue.
A los 23, durante una de sus habituales fiestas, la modelo quería otra botella de champán cuando Shaun Casey, mejor amigo de Patti y conocido del bajista de los Rolling Stones, Bill Wyman, vio entrar a Keith Richards.
Según ella, Keith estaba escondiéndose de alguien. Casey se acercó a él y le dijo: “Es el cumpleaños de mi novia, ¿puedes ayudarnos con el champán?”. Keith accedió.
Casey sacó a Patti de la pista de baile y la presentó a Keith, aunque ella rápidamente volvió a bailar.
Jane Rose, quien era su manager y amiga, estaba con Keith esa noche, recordó haber visto a Patti bailar de manera exquisita y notar una expresión particular en el rostro de Keith. Para Jane, fue en ese momento que pensó: esa es la mujer para él.
Sin embargo, tardarían nueve meses más en volverse una pareja. Durante el cumpleaños de Keith, Patti estaba trabajando con Jerry Hall, ex novia de Mick Jagger, vocalista de la agrupación británica, y la invitó a una fiesta en la pista de patinaje Roxy.
Fue esa noche cuando Keith y Patti se conocieron de verdad y se volvieron inseparables. Hansen cuenta que, aunque no tenía idea de quién era Keith, estaba decidida a estar con él, aún cuando sus amigos la advertían sobre su locura. Compartían una energía única, quedándose despiertos hasta tarde y disfrutando de la vida nocturna juntos.
La pareja enfrentó pruebas difíciles, especialmente cuando ella fue diagnosticada con cáncer de vejiga y se sometió a quimioterapias, además de que tuvieron que extirpar la vejiga, el apéndice y le practicaron una histerectomía completa.
Keith tuvo problemas para manejar la situación, pero su relación sobrevivió estas dificultades. A lo largo de los años, su vínculo se fortaleció a pesar de las diferencias y desafíos, manteniendo un hogar unido y lleno de amor y apoyo mutuo.