Esta es la poderosa semilla que comían los mayas para tener más energía y una vida más saludable

Múltiples investigaciones han demostrado que la dieta de la civilización maya se basaba en cultivos como el maíz, los frijoles, los chiles, el cacao y, de manera notable, la calabaza. Esta selección de alimentos no solo proporcionaba los nutrientes esenciales, sino que también tenía un impacto significativo en la salud y el bienestar de esta antigua sociedad.

Estudios recientes han revelado que la civilización maya utilizaba métodos caseros únicos para mejorar la salud, muchos de los cuales giraban en torno a su dieta donde las semillas eran un componente clave en su alimentación, consideradas un excelente recurso para prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida.

Y es que, de acuerdo con especialistas, a pesar de no cultivarse en igualdad de volumen con el maíz o el frijol, la calabaza sí jugó un papel fundamental en la alimentación prehispánica, pues muchos pueblos experimentaron con ellas hasta lograr domesticarlas y aprovechar sus beneficios, tanto de su pulpa como de sus semillas.

De acuerdo con expertos en el tema, tal como el doctor M. en C. Guillermo Sánchez de la Vega, especialista en alimentación prehispánica, el uso de las semillas de calabaza pudo haber comenzado con el descubrimiento de obtenían energía al comerlas, lo que los llevó a comerlas después de tostarlas, pues con este procedimiento eliminaban un poco del sabor amargo de las primeras calabazas de donde extraían las semillas, según comentó para la organización Fundación Tortilla.

Las semillas de calabaza, también conocidas como pepitas, son ricas en nutrientes por lo que, además de brindar energía, también aportan todos los siguientes beneficios a la salud de quien las consume:

1. Ricas en Nutrientes: Las semillas de calabaza son una excelente fuente de proteínas, grasas saludables y fibra. También contienen vitaminas como la vitamina E y minerales esenciales como magnesio, zinc, hierro y potasio.
2. Salud del Corazón: Su alto contenido de magnesio y grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas contribuye a la salud cardiovascular. El magnesio ayuda a regular la presión arterial, mientras que las grasas saludables reducen el riesgo de enfermedades cardíacas.
3. Potencial Antiinflamatorio: Las semillas de calabaza contienen antioxidantes como la vitamina E y los carotenoides, que ayudan a combatir la inflamación en el cuerpo y reducen el riesgo de enfermedades crónicas.
4. Mejora de la Salud Prostática: El zinc presente en las semillas de calabaza es esencial para la salud de la próstata. Estudios han demostrado que el consumo regular de estas semillas puede beneficiar a hombres con hiperplasia prostática benigna (HPB).
5. Apoyo al Sistema Inmunológico: Su alto contenido de zinc es vital para fortalecer el sistema inmunológico, ayudando al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades.
6. Beneficios para el Sueño: Las semillas de calabaza son una fuente natural de triptófano, un aminoácido que ayuda a promover el sueño. Consumir un puñado de estas semillas antes de dormir puede mejorar la calidad del sueño.
7. Control del Azúcar en Sangre: La fibra y los compuestos antioxidantes en las semillas de calabaza pueden ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre, lo que es beneficioso para personas con diabetes o resistencia a la insulina.
8. Salud Digestiva: La fibra dietética presente en las semillas de calabaza promueve la salud digestiva al mejorar el tránsito intestinal y prevenir problemas como el estreñimiento.
9. Función Cognitiva: El zinc, el hierro y los antioxidantes en las semillas de calabaza son esenciales para mantener la salud cerebral y mejorar la función cognitiva.

Las semillas de calabaza son fáciles de incorporar en la dieta, ya sea como snack, en ensaladas, yogures, o como parte de recetas de panadería. Esto las convierte en un alimento versátil y muy beneficioso para la salud en general.