En los años setenta el gobierno de la CDMX trajo manatíes a las aguas de Xochimilco como parte de un plan de restauración de los canales, sin embargo, los animales se enfrentaron a un problema que sigue dañando el ecosistema de la zona hasta el día de hoy.
Los mamíferos acuáticos son originarios de las aguas dulces del sur de México, son una especie conocida por ser muy sociable con los animales y humanos de su entorno, lo que también los hace presas fáciles, debido a que en su hábitat natural no tienen depredadores naturales.
Asimismo, las calmadas aguas de Xochimilco parecían un lugar idóneo para la adaptación de algunos ejemplares de manatíes que ayudarían con el control de plagas en el ecosistema.
¿Por qué trajeron Manatíes a Xochimilco?
En 1974, 13 años antes de que los Canales de Xochimilco fueran nombrados como Patrimonio Natural de la Humanidad por parte de la UNESCO, las vías acuáticas presentaron la aparición de un lirio que amenazaba con secar gran parte del agua y en ese momento ya interrumpía la circulación de trajineras y lanchas.
Como solución al problema, Mariano Velasco Mújica, en ese entonces delegado de Xochimilco, aprobó el plan de introducir manatíes dentro de los canales para que se alimentaran del lirio hasta erradicarlo, el plan contemplaba que los animales consumieran diariamente su peso de 250 kilos en lirio.
Manuel Velasco Suárez, el gobernador de Chiapas de ese entonces (1974), se encargó de donar cuatro ejemplares adultos de manatíes provenientes del Río Grijalva que llegaron a la Ciudad de México a través de la Coordinación del Plan de Desarrollo Pesquero de Chiapas, según se publicó en el ejemplar del 15 de enero de 1974 del periódico Excelsior.
Los manatíes se colocaron en los canales aledaños al Centro Agropecuario de Xochimilco sin notificación gubernamental previa.
El triste final de los manatíes de los canales
La presencia de manatíes provocó el origen de múltiples leyendas en torno a la aparición de monstruos acuáticos y sirenas dentro de los canales, rumores que siguen contándose a día de hoy entre pescadores y habitantes de la zona.
“Yo tuve una experiencia con un manatí cuando pescaba con un amigo en el embarcadero de Tláhuac. Quizás pudo ser una buena idea, faltó difusión. Tenía quizas 12 años y me creí muerto al ver ese monstruo”, comentó el usuario Guillermo Rea en el artículo” Manatíes de Xochimilco” publicado en la revista México Desconocido.
Asimismo, ante la nula protección de los mamíferos por parte de las autoridades a cargo de gestionar los canales, los habitantes aledaños a los vasos lacustres optaron por cazar a los ejemplares de manatí para alimentarse con su carne hasta exterminarlos a todos.
Como resultado de la desaparición de los mamíferos, el lirio acuático se expandió por los canales de Xochimilco, dejando en desuso varias rutas que no han sido recuperadas en la actualidad.
Los intentos fallidos por introducir especies no endémicas
El doctor en biología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Luis Zambrano advirtió en un artículo que el programa de los años setenta que introdujo carpas y tilapias para la pesca en los canales de Xochimilco provocaron un colapso ecológico.
“Los peces son auténticos depredadores, se alimentan del sedimento y hacen sus nidos en los bancos de las chinampas devorando la vegetación y otras especies como el ajolote que se encuentra al borde de la extinción” publicó el investigador de la UNAM.
Las aguas de Xochimilco siguen en peligro debido a la contaminación, las especies invasoras y la presencia del lirio acuático que nunca desapareció.
Los canales de Xochimilco, ubicados en el sur-oriente de la Ciudad de México, son uno de los principales destinos turísticos de la capital del país, debido a su valor histórico y cultural desde la época prehispánica, cuando sirvieron como vías de comunicación para navegar por toda la cuenca del valle de México.