Luego de más de cien años de historia, el restaurante taurino El Taquito ha decidido cerrar las puertas de su emblemática sede, por donde pasaron grandes personajes del siglo XX y parte del XXI, debido a que el ambulantaje en la zona, que en palabras de los propietarios está incontrolable, impide que los comensales lleguen al negocio a disfrutar sus platillos, al punto que ni los empleados pueden a veces acceder.
Fundado en 1917 por la familia Guillén, este lugar exhibe en sus paredes fotografías históricas, no sólo del mundo de la tauromaquia, sino de un México lejano a la realidad que vive hoy día el país. Desde la emblemática visita de la máxima diva de Hollywood, Marilyn Monroe, hasta la boda de la Gran María Félix con Jorge Negrete, este histórico dio de comer a la crema y nata del arte y la política no sólo de México, sino del mundo entero.
Acá también llegaron a echarse un taco personalidades de todo tipo, desde el periodista Jacobo Zabludovsky junto al multimillonario Carlos Slim, el presidente estadounidense John F. Kennedy, los ex presidentes Adolfo López Mateos, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, hasta el ahora Rey Carlos III de Inglaterra. Y debido al descontrolado ambulantaje que hay en la zona, deberán cerrar.
En conferencia de prensa, la familia Guillén, Marcos, Rafael, así como los jóvenes Carla y Rafael, que serán la cuarta generación a cargo del restaurante, ubicado en la calle de El Carmen 69, esquina con Bolivia, señalaron que la zona se ha vuelto caótica, ya que es imposible transitar por las banquetas, las cuales están invadidas por comerciantes ambulantes.
Señalaron que hay veces que ni los propios trabajadores del lugar pueden acceder al restaurante debido a esta situación. Los dueños señalaron a los gobiernos capitalinos y su “pésima administración” como los culpables de que esto ocurra.
Marcos Guillén, co-propietario del lugar puntualizó que “tenemos una invasión de indocumentados: cubanos, venezolanos, colombianos… les dan mercancía los ambulantes para que ellos la vendan e invaden la vía pública”.
Además, aseguraron que desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador se fue a vivir a Palacio Nacional, la policía suele cerrar constantemente las calles del primer cuadro del Centro Histórico, por lo que transitar por ahí es doblemente complicado.
“En términos generales, las malas políticas de los gobiernos en la capital han derivado en el cierre de muchos negocios”, sentenció Guillén.
La familia Guillén dijo, sin embargo, que esto no es un adiós, sino un hasta luego, ya que el restaurante pese a dejar su local original, continuará en una nueva sede, ubicada en la calle Miguel Noreña, en la colonia San José Insurgentes de la alcaldía de Benito Juárez, y la batuta pasará a la siguiente generación, teniendo a la joven Carla Guillén al frente de la cocina como chef, mientras que Rafael Guillén hijo tomará las riendas administrativas de este emblemático negocio.
“Hay que echarle muchas ganas y salir adelante”, aseguró Rafael Guillén, a nombre de toda su familia.