La tarde de este sábado 17 de agosto, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) encabezó un evento en Jalisco donde contó con la compañía de la presienta electa, Claudia Sheinbaum Pardo y el gobernador de la entidad, Enrique Alfaro, el cual no tuvo un buen recibimiento por parte de los militantes de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), los cuales terminaron por abuchearlo.
El gobernador del estado y militante de Movimiento Ciudadano (MC) fue el primero en tomar la palabra ante los cientos de ciudadanos que se reunieron para escuchar el mensaje de los morenistas. Al darle la bienvenida a los integrates del partido guinda, comenzaron a escucharse rechiflas y gritos de “fuera”, lo que de inmediato provocó un gesto de incomodidad en el emecista.
“Bienvenido a su casa... les pido respetuosamente a todos me den la oportunidad de dale la bienvenida al señor presidente de la República, esta es su casa presidente”.
Tras ello, el gobernador le dio la bienvenida a la presidenta electa de México a quien tildó de ser su amiga, lo cual detuvo momentáneamente los abucheos para con ello, dar pie a las ovaciones dirigidas hacia ambos morenistas.
A pesar de tener un gesto de incomodidad, Alfaro intentó continuar con su mensaje llevándolo a remarcar que, a lo largo de su gestión se había intentado provocar enfrentamientos entre los miembros del poder, especialmente entre integrantes de bancadas diferentes.
“Ha sido así todo el sexenio porque al final de cuentas, presidente, hay todavía muchas personas que no han entendido que estamos en un momento que pone en evidencia lo que se puede lograr”.
Dado que las rechiflas en su contra no se detenían, ambos militantes de Morena se tuvieron que poner de pie para pedir respeto y con ello, permitir que el gobernador pudiera continuar con su mensaje.
“Es un día bueno hoy, ¿no? vamos a dejar que hable el gobernador de Jalisco, les parece?” dijo Sheinbaum para después llevar López Obrador a pedir respeto pues aseguró “la democracia es pluralidad” y por eso es necesario aprender a respetar la opinión de todos.
No es la primera vez que AMLO y Sheinbaum interceden por un gobernador
El pasado viernes 14 de junio, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador viajó al estado de Coahuila acompañado de varios miembros de su administración. El motivo de la visita fue encabezar el evento público denominado Plan de Justicia de Pasta de Conchos. En dicha ocasión, estuvo presente también la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, lo que resalta la importancia del evento. Sin embargo, lo que llamó la atención fue el recibimiento del gobernador estatal, Manolo Jiménez, quien fue severamente abucheado por la multitud.
“¡Fuera, fuera, fuera!”, gritaban los presentes al gobernador constitucional de Coahuila.
A medida que el evento avanzaba, los abucheos solo cesaban cuando el secretario mencionaba al fundador de Morena, a quien Jiménez agradeció por haber cumplido su compromiso de recuperar los restos de los mineros y reparar los daños ocasionados. Este gesto hizo evidente el impacto que las acciones del líder político tenían en un tema tan sensible.
Jiménez, en su discurso, hizo hincapié en la importancia de la unidad y el respeto durante estos difíciles momentos. Subrayó que, más allá de las diferencias políticas, las pérdidas humanas deben ser un punto de encuentro y solidaridad para todos. “Este es un momento para recordar a nuestros seres queridos y para encontrar consuelo en la comunidad”, expresó con voz entrecortada.
Sin embargo, la tensión en la sala era palpable, y el apoyo explícito al líder del partido provocaba reacciones mixtas entre la audiencia. Algunos asistentes mostraban signos de aprobación, mientras que otros dejaban salir su descontento con abucheos esporádicos, evidenciando la división que existe en torno a la gestión de la tragedia.