Luego de dos precuelas que no convencieron a los espectadores pese a estar dirigidas por Ridley Scott, el universo de Alien se reinventa una vez más con una intercuela que tiene como objetivo dos cosas: enamorar a los fans de la clásica Alien (1979) y su secuela Aliens (1986), y conquistar a una nueva audiencia.
Alien: Romulus, del director uruguayo Fede Álvarez, es una apuesta por la nostalgia, pero al mismo tiempo, un vistazo al futuro y una bocanada de aire fresco para una franquicia cuya mitología ya resulta bastante familiar para los espectadores.
Es complicado pensar en un filme de Alien que sea un éxito narrativo sin repetir una fórmula, y sin embargo, Romulus lo logra. Los primeros dos actos de la película son un festín emocionante de tensas escenas de horror que recuerdan a lo que hizo grande a la criatura de Scott hace tantos años, respetando el imaginario clásico.
Los fans más puristas van a disfrutar del clásico xenomorfo de H. R. Giger, de los aterradores abrazacaras, de una escenografía retrofuturista que parece salida de la década de los 70, de pasillos oscuros que evocan a la Nostromo, de efectos prácticos que no se veían tan bien desde Stan Winston y Phil Tippett, del relato sexual siempre implícito en la criatura y de los elementos que más que tópicos son un clásico de la franquicia. No obstante, el tramo final de la historia rompe el molde y da un giro, si bien arriesgado, bastante bien logrado.
Aunque a la gran mayoría de los espectadores les encantará la retorcida vuelta de tuerca del final (donde Fede Álvarez pone toda la carne al asador en materia de space horror y degeneración), más de un fanático se va a disgustar, especialmente aquellos que renegaron de la mitología que Ridley Scott construyó en Prometeo y Alien: Covenant, e incluso de la extraña propuesta de Jean-Pierre Jeunet.
Alien: Romulus tiene lo mejor de Alien, de Aliens e incluso de Alien: Isolation, el videojuego que sorprendió a los fanáticos tras recuperar el horror que siempre fue la médula espinal de la franquicia; pero arriesga con una pesadilla completamente nueva.
Protagonizada por Cailee Spaeny y un fantástico David Jonsson, Alien: Romulus encuentra en el body horror y el terror espacial las herramientas para contar una claustrofóbica historia sobre la hermandad (de ahí al título que evoca al mito romano de Rómulo y Remo) y la supervivencia en un mundo hostil.
El filme se estrena en México el próximo jueves 15 de agosto.