Zambada pide a gobiernos de EEUU y México decir “la verdad” de su detención: “Es importante que salga a la luz”

El narcotraficante publicó un comunicado en el que también llamó a dar a conocer la supuesta verdad sobre el asesinato de Héctor Cuén

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(Foto: Infobae México / Jesús Avilez)
(Foto: Infobae México / Jesús Avilez)

El narcotraficante Ismael El Mayo Zambada hizo un llamado a los gobiernos de Estados Unidos y de México para que den a conocer “la verdad” sobre su detención en El Paso, Texas, que ocurrió el 25 de julio pasado, luego de que supuestamente fue secuestrado por Joaquín Guzmán López, también conocido como ‘El güero moreno’ e hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa.

En un comunicado firmado por el narcotraficante y que se difundió esta mañana, El Mayo negó la versión sobre que se entregó voluntariamente a las autoridades de Estados Unidos, junto con Guzmán López, pues acusó que el hijo del Chapo lo engañó para secuestrarlo y llevarlo a El Paso, al invitarlo a una supuesta reunión en la que presuntamente estaría el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y Héctor Cué, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, quien fue asesinado ese mismo día.

En el mismo documento, Mayo Zambada dijo que considera importante “que la verdad salga a la luz”, por lo que le pidió a los gobiernos encabezados por Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente, ser transparentes sobre su supuesto secuestro y las muertes de Héctor Cuén, Rosario Heras, Rodolfo Chaidez “y de cualquier otra persona” ligada a su caso que haya fallecido el 25 de julio.

“Creo que es importante que la verdad salga a la luz. Esto es lo que ocurrió, en lugar de las historias falsas que están circulando. Hago un llamado a los gobiernos de México y Estados Unidos a ser transparentes y proporcionar la verdad sobre mi secuestro a los Estados Unidos y sobre las muertes de Héctor Cuén, Rosario Heras, Rodolfo Chaidez y cualquier otra persona que pudiera haber perdido la vida ese día”, se lee en el comunicado.

Asimismo, el también fundador del Cártel de Sinaloa pidió a los pobladores de ese estado mantener la paz y usar la moderación ante su secuestro y detención, para evitar enfrentamientos y actos de violencia como los que se generaron en el 2019, cuando se intentó detener a Ovidio Guzmán López, quien también es hijo del Chapo, y en 2023, cuando fue arrestado exitosamente.

“También hago un llamado al pueblo de Sinaloa a usar la moderación y mantener la paz en nuestro estado. Nada se puede resolver con violencia. Hemos recorrido ese camino antes, y todos pierden”, puntualizó.

¿Cómo fue secuestrado El Mayo Zambada para ser llevado a EEUU?

El narcotraficante narró que acudió a la supuesta reunión escoltado por cuatro elementos de seguridad, de los cuales dos se quedaron fuera del perímetro y los dos que presuntamente ingresaron con él eran José Rosario Heras López, comandante de la policía judicial del estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, un miembro antiguo de su equipo de protección.

“Mientras caminaba hacia el área de la reunión, vi a Héctor Cuén y uno de sus asistentes. Los saludé brevemente antes de proceder al interior, a una habitación que tenía una mesa llena de frutas”, puntualizó.

Señaló que al entrar al lugar Joaquín Guzmán López, a quién conoce “desde que era un niño”, le hizo un gesto para que lo siguiera, por lo que “confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas involucradas”, caminó hacia él “sin dudarlo” para ingresar juntos a una habitación que estaba a oscuras.

Sin embargo, acusó que en cuanto puso un pie en la habitación,  varios hombres lo derribaron, le colocaron un pasamontañas y lo ataron, para posteriormente forzarlo a subir a una camioneta en la que fue agredido físicamente, ocasionándole “lesiones significativas”.

Poco tiempo después, aseguró, que el hijo del Chapo le quitó el pasamontañas y lo ató con brindas al asiento de un avión, en el que los dos viajaron solos, únicamente acompañados del piloto, de quien no reveló su identidad.

“Tan pronto como puse un pie dentro de esa habitación, fui emboscado. Un grupo de hombres me asaltó, me derribaron y me pusieron un pasamontañas de color oscuro sobre la cabeza. Me ataron y me esposaron, luego me forzaron a subir a la parte trasera de una camioneta. Durante todo este calvario, fui sometido a abusos físicos que resultaron en lesiones significativas en mi espalda, rodilla y muñecas. Luego me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado.

“Joaquín me quitó el pasamontañas de la cabeza y me ató con bridas al asiento. Nadie más estaba a bordo del avión excepto Joaquín, el piloto y yo. El vuelo duró de 2 a 3 horas, sin ninguna escala hasta que llegamos a El Paso, Texas. Fue allí en la pista donde los agentes federales de los EE. UU. tomaron custodia de mí. La idea de que me rendí o cooperé voluntariamente es completamente y rotundamente falsa. Fui llevado a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad”, concluyó.

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